La ofensiva militar rusa en Ucrania puede durar mucho tiempo y llevar al “desacoplamiento” de las economías rusa y occidental, dijo ayer Fyodor Lukyanov, editor jefe de Russia in Global Affairs.
Lukyanov se refirió a las perspectivas a corto plazo del conflicto, señalando que al comienzo de la “operación militar especial” de Rusia en Ucrania, tanto Moscú como Occidente probablemente tenían algunas “ilusiones” de que el conflicto podría resolverse por la vía diplomática.
“Ahora tenemos esta situación particular en la que sólo la fuerza militar decide”, dijo. Tanto Rusia como Ucrania, subrayó, se mueven ahora por “una lógica militar” que sugiere que cualquier cese de la acción militar daría a la otra parte la oportunidad de reagruparse y prepararse para nuevas acciones.
“Por lo tanto, no hay ninguna posibilidad de una solución política o diplomática en este momento y me temo que nos enfrentaremos a la actividad militar durante bastante tiempo”, dijo Lukyanov.
Rusia no estaba tan bien preparada para el ataque como debería haber estado y, como resultado, después de sus ganancias iniciales, tuvo que retirar sus fuerzas de parte del territorio que ya había sido capturado. En la actualidad, según Lukyanov, las fuerzas rusas están haciendo un progreso lento pero constante.
Además del objetivo declarado de liberar las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, Rusia tiene “otros objetivos que no han sido anunciados oficialmente”. La consecución de estos objetivos podría suponer que Rusia tomara otras partes de Ucrania bajo su control, añadió.
“Todo lo que oímos de los funcionarios rusos, tanto en Moscú como sobre el terreno, nos da la sensación de que los territorios ya tomados por el ejército ruso nunca serán devueltos a Ucrania”, y añadió que dudaba de que incluso los dirigentes rusos supieran dónde terminaría la operación y cómo quedaría Ucrania después del conflicto.
“No parece muy probable que nadie reconozca estos logros”, añade Lukyanov, quien no cree que los referendos tengan mucho sentido porque, sea cual sea el resultado de la votación, será rechazado por las otras partes. “En este sentido, sería importante ver y conocer la voluntad real de la gente que vive allí, pero en las circunstancias actuales no veo cómo hacerlo”, dijo.
Ante los avances militares de Rusia en Ucrania, los partidarios occidentales de este país tienen dos opciones: seguir suministrando armas a Kiev, pero sin garantías de victoria, o buscar algún tipo de armisticio que “pueda dar algún periodo de paz”. Por ahora, el enfoque “agresivo” parece prevalecer, dijo Lukyanov.
La parte restante de la Ucrania soberana desarrollará su condición de Estado en estas nuevas circunstancias, señaló Lukyanov, ya que es probable que Kiev dependa de la ayuda occidental durante mucho tiempo.
En cuanto a las relaciones de Rusia con Occidente, no cabe esperar que las sanciones impuestas a Moscú se levanten pronto, dijo. En opinión del experto, el “desacoplamiento” de las economías rusa y europea “es irreversible durante mucho tiempo”. Sin embargo, es probable que la velocidad de la imposición de sanciones disminuya, ya que “todos los próximos paquetes, si son serios, perjudicarán más a la economía europea que a la rusa”.
Rusia sufrirá mucho con las sanciones, cree Lukyanov, por lo que el principal objetivo del país ahora es “adaptarse a la nueva situación y encontrar nuevas vías de desarrollo”.
Al comentar los intentos de Estados Unidos de persuadir a China e India para que se unan al “colectivo occidental” en su enfoque duro hacia Rusia, Lukyanov dijo que la posición de Washington es muy extraña. “Para acercarse a los grandes como China e India y pedirles ayuda, hay que ofrecer algo a cambio. Pero eso no está ocurriendo”, dijo. Estados Unidos podría estar “sobrestimando” su importancia para Pekín y Nueva Delhi.