La fuerza naval europea no tiene buques para asegurar el tráfico marítimo en el Mar Rojo

A principios de abril un portavoz del Centcom, el Mando Militar de Estados Unidos en Oriente Medio y Asia Central, afirmó que había disminuido los ataques lanzados desde Yemen por Ansarollah contra el tráfico marítimo en el Mar Rojo y el Golfo de Adén porque los hutíes se habían quedado sin misiles, municiones y drones operados por control remoto.

Pronto le sacaron de su estupor aumentando los lanzamientos y burlando las medidas de protección tomadas para proteger a los mercantes como parte de las operaciones Aspides (Europa) y Guardián de la Prosperidad (Estados Unidos).

“Están evolucionando sus tácticas, técnicas y procedimientos […] Ahora están tratando de coordinarse y atacar utilizando capacidades de múltiples dominios y múltiples accesos”, explicó el capitán Marvin Scott, comandante del grupo aéreo a bordo del portaaviones Dwight D. Eisenhower.

Los hutíes utilizan cada vez más drones kamikaze de superficie, como el Toofan 1, cargado con 150 kilos de explosivos. El 12 de junio uno de ellos chocó contra el granelero griego Tutor, cuya tripulación tuvo que ser evacuada antes de hundirse.

En los últimos días el granelero ucraniano M/V Verbena también ha sufrido graves daños, hasta el punto de que ahora se encuentra a la deriva, habiendo sido obligada su tripulación a abandonarlo, tras recibir asistencia del destructor estadounidense Philippine Sea y del Buque de carga M/V Anna Meta.

Según la agencia británica UKMTO, otro barco, cuya identidad no ha sido precisada, corrió la misma suerte el 23 de junio.

No son los huthíes los que se han quedado sin municiones, sino los europeos los que no tienen buques. El comandante de la operación europea Aspides, el contralmirante griego Vasileios Gryparis, declaró que necesitaba más barcos para contrarrestar los ataques lanzados por los huthíes.

Actualmente Aspides tiene a su disposición cuatro buques, suministrados por Francia, la fragata de defensa aérea Forbin, Bélgica, Grecia e Italia. O incluso cinco, contando el buque holandés de apoyo logístico Zr.Ms. Karel Doorman, que también brinda apoyo a la Operación Guardián de la Prosperidad.

Sin embargo, para el contraalmirante Gryparis, el número de barcos involucrados en la Operación Aspides debería duplicarse. “No tenemos muchos activos y el área que tenemos que cubrir es enorme. Estoy presionando a todos los Estados miembros para que proporcionen más recursos”, explicó.

La Operación Aspides es estrictamente defensiva. No trata de atacar la infraestructura militar huthí en Yemen, al contrario de lo que hacen las fuerzas navales estadounidenses y británicas en la Operación Guardián de la Prosperidad.

“No creemos que atacar a los hutíes pueda resolver el problema”, afirmó el contraalmirante Gryparis. “Algunos países intentaron acciones como ésta hace unos años y otros todavía lo están haciendo. Y vemos que eso no contribuye a solucionar el problema”, concluyó.

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