La Fuerza Aérea rusa ha desplegado un caza Su-57 de quinta generación para misiones de ataque contra objetivos ucranianos en la región de Lugansk. Los informes indican que el caza entró en el espacio aéreo ucraniano durante la operación. El avión utilizó misiles de crucero Kh-59MK2 para atacar objetivos más allá del alcance visual.
Varios aspectos de la información siguen siendo cuestionables, incluido el tipo de misiles utilizados por el avión y por qué el Su-57 entró en el espacio aéreo ucraniano mientras que el Kh-69 es capaz de atacar objetivos en todo Lugansk desde las profundidades de Rusia.
Los ataques con el Kh-59MK2 los días 7 y 8 de febrero fueron los primeros confirmados por fuentes ucranianas, ya que esta clase de misil ya ha sido probada en combate en Siria y está optimizada para neutralizar pequeños objetivos blindados.
A pesar de su largo alcance de ataque de 300 kilómetros, el misil es lo suficientemente compacto como para alojarse en los compartimientos de armas internos del avión, lo que permite a los Su-57 conservar sus secciones reducidas de manera efectiva contra la detección de radar.
No se sabe que ninguna otra clase de caza de quinta generación sea capaz de transportar internamente una clase similar de misil.
Dos batallones que forman un solo regimiento están desplegando actualmente estos cazas Su-57. A finales del año pasado entraron en servicio 22 aviones, después de que 12 de ellos fueran entregados ese año, en comparación con sólo seis entregas en 2022.
Este año se esperan 20 aviones o más, lo que llevará la producción de la clase a una escala que superará la de cualquier otra clase de caza ruso, o de cualquier caza del mundo que no sea el F-35 estadounidense y los chinos J-10C, J-16 y D-20.
Con un coste de compra de aproximadamente 35 millones de dólares por avión, dependiendo del tipo de cambio del rublo, esto hace que el Su-57 sea más barato de comprar que los otros dos únicos cazas de quinta generación que se producen en el mundo, el J-20 chino y el mucho más barato y más ligero: el monomotor F-35.
A mediados de esta década la Fuerza Aérea rusa planeó que el avión formara su columna vertebral y se espera que más de 200 unidades entren en servicio para 2025, aunque los retrasos en el programa han retrado los planes hasta este año, en lugar de 2018 como se planeó inicialmente.
Se espera que una nueva clase de bomba planeadora desarrollada específicamente para el avión, la PBK-500U Drel, entre en producción en masa también este año, lo que podría aumentar significativamente la probabilidad de que el avión se despliegue más profundamente en el espacio aéreo ucraniano para atacar objetivos a menor distancia.
—https://militarywatchmagazine.com/article/su57-strike-mission-regiment-ukraine