El nuevo Primer Ministro de Japón, Shigeru Ishiba, está pidiendo a los países de la región de Asia y el Pacífico que apoyen su plan para crear la versión asiática de la OTAN.
Ishiba confiesa que quiere trenzar vínculos más estrechos con países amigos para contrarrestar las amenazas de seguridad más graves que ha enfrentado su país desde la Segunda Guerra Mundial.
Pide la creación de un equivalente asiático de la OTAN, el estacionamiento de tropas japonesas en suelo estadounidense e incluso el control conjunto de las armas nucleares de Washington como elemento disuasorio contra los vecinos nucleares: Rusia y Corea del norte.
Dice que eso ayudaría a “evitar que China utilice la fuerza militar en Asia”, algo que la historia desmiente: a lo largo del siglo XX China siempre ha sido víctima de la fuerza militar en Asia por parte de países imperialistas… como Japón.
Unos días después, Ishiba insistió en su idea en una conferencia de prensa, diciendo que “el relativo declive del poder estadounidense hacía necesario” formar un análogo asiático de la OTAN.
Energía nuclear para la guerra
El nuevo Primer Ministro japonés es conocido por abogar por el abandono de la energía nuclear con fines pacíficos, la transición a fuentes de energía renovables y la revisión del acuerdo bilateral sobre el estatuto del contingente militar estadounidense en Japón hacia una mayor igualdad y la posibilidad de estacionar tropas japonesas en la base estadounidense de Guam.
También defiende el despliegue de armas nucleares estadounidenses en la región de Asia y el Pacífico.
Tokio fortalece constantemente su cooperación militar con Washington. Hace dos años, el entonces Primer Ministro Fumio Kishida decidió aumentar el gasto en defensa de Japón al 2 por cien del PIB.
Para que surja un bloque militar similar a la OTAN y que tenga un análogo del artículo 5 de la Carta de Washington, según el cual un ataque contra un país será considerado un ataque contra todos, habría que revisar la Constitución japonesa, lo cual no sería un problema mayor porque ese tipo de papeles se cambian muy rápidamente.
Las últimas celebraciones del aniversario de Horoshina y Nagasaki demuestran la capacidad de un Estado para secuestrar la historia y extraerla de la conciencia colectiva, en Japón y en todos países occidentales.
India se opone a la creación de una OTAN asiática
El Ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subramanyam Jaishankar, dijo que Nueva Delhi no comparte la visión de una “OTAN asiática” solicitada por el nuevo Primer Ministro japonés, Shigeru Ishiba. “Tenemos una historia diferente y un enfoque diferente”, explicó (*).
India explicó que nunca se había unido a alianzas militares porque contradicen la estrategia del gobierno de Nueva Delhi. Sin embargo, junto con Japón, Estados Unidos y Australia, India forma parte del grupo de países Quad creado para contrarrestar a China.
Nueva Delhi ha enfatizado repetidamente que si bien el Quad se ocupa de cuestiones de seguridad, no es una alianza militar. India quiere mantener buenas relaciones con todos los países asiáticos… excepto con China.
Estados Unidos también se opone a una OTAN asiática
Estados Unidos también está en contra de la creación una OTAN asiática. El asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que Washington no tiene planes para crear la OTAN en la región del Indo-Pacífico, y el subsecretario de Estado de Estados Unidos para Asia Oriental y el Pacífico, Daniel Krietenbrink, dijo que era demasiado pronto para tales conversaciones.
Actualmente Estados Unidos tiene un sistema de acuerdos bilaterales en la región. Los intereses de los países miembros de esas alianzas son tan diversos que interfieren con la formación de una estructura unificada.
Hasta el momento existen varios formatos de interacción trilateral: Estados Unidos – Japón – Corea del Sur y Estados Unidos – Japón – Filipinas. Esas interacciones dependen del desarrollo de la situación política interna de esos países. Por ejemplo, las próximas elecciones presidenciales se celebrarán en Corea del sur en 2027. En caso de cambio, el nuevo partido gobernante podría poner en duda el desarrollo de la interacción trilateral. Lo mismo podría pasar en Filipinas. En otros países, como Tailandia, la situación es aún más complicada.
Vietnam y otras malas experiencias de la Guerra Fría
La experiencia de la Guerra Fría demostró que la formación de alianzas militares multilaterales fuera de Europa es más difícil de implementar. No funcionó entonces y será bastante difícil lograrlo ahora.
Durante la Guerra Fría existió el bloque SEATO (Organización del Tratado del Sudeste Asiático), que colapsó a principios de los años setenta, incluso cuando las líneas de confrontación estaban claramente trazadas, entre muchos países, incluidos aquellos que mantenían una alianza con Estados Unidos. Los países que adoptaron posturas anticomunistas estrictas, como Tailandia, se vieron obligados a reconsiderar su actitud hacia ese tipo de alianzas.
El destino de tales asociaciones está estrechamente vinculado a las órdenes de Estados Unidos. El bloque SEATO murió por la derrota estadounidense en Vietnam. Sólo queda la OTAN. Washington intenta seguir un viejo camino, pero actualmente podría resultar incluso más difícil que durante la Guerra Fría.
(*) https://www.reuters.com/world/asia-pacific/indian-foreign-minister-says-does-not-share-ishiba-vision-asian-nato-2024-10-01/