El gobierno iraní atacará a quienes ayudaron a los espías israelíes a infiltrarse en su territorio, asegura Michael Rubin, antiguo funcionario del Pentágono especializado en asuntos de Oriente Medio.
El aplastamiento de la “quinta columna“ israelí en Irán explicaría, según Rubin, el aumento de las ejecuciones en el Kurdistán irakí, especialmente en Erbil, la capital, que es un hervidero de los servicios de inteligencia (turcos, israelíes, británicos, estadounidenses, iraníes y otros) que aprovechan el terreno favorable creado por el desmantelamiento de Irak para campar a sus anchas.
La familia Barzani, señores de la guerra en el Kurdistán irakí, tolera su presencia creyendo que puede intercambiar cooperación por apoyo internacional.
Según Rubin, Teherán considera la presencia del Mosad en su territorio una amenaza existencial para el régimen. El máximo dirigente Alí Jamenei y la Fuerza Quds culpan a los dirigentes kurdos de esta situación, especialmente porque muchos de ellos estaban al tanto de los planes israelíes y estadounidenses.
Rubin advierte sobre el deterioro de la situación en el Kurdistán irakí, que se ha mantenido relativamente estable durante décadas a pesar de la incapacidad de los dos señores de la guerra, Barzani y Talabani, para organizar una administración pública mínimamente eficaz desde 2003.
Es probable que los asesinatos aumenten. Los vecinos del Kurdistán irakí han explotado durante mucho tiempo las divisiones kurdas para favorecer sus propios intereses. Dichas divisiones existen dentro de los clanes Barzani y Talabani. Mientras Masrur Barzani cooperó con ellos, los iraníes estuvieron dispuestos a aceptar la sucesión dinástica de su padre, Masud, y redoblaron sus esfuerzos para convertir a su hijo, Arin, en su heredero aparente. Masrour ha marginado gradualmente a su primo, Nechirvan Barzani, actual presidente de la región del Kurdistán irakí. Lo mismo ocurre con Pavel y Qubad Talabani, quienes han distanciado a su primo, Lahur.
Rubin cree que Masrour, Arin y los hermanos Talabani deberían estar preocupados porque Irán dará una lección a los dirigentes kurdos. Ejecutar a Masrour, a su hijo, o a uno o ambos hermanos Talabani constituiría una represalia por lo sucedido en Irán. Les indicaría a sus sucesores, Nechirvan y Lahur, que no deben oponerse a los iraníes. Aunque no son representantes de Irán, mantienen buenas relaciones con Teherán y comprenderían el deseo de Irán de reequilibrar las relaciones kurdas con Estados Unidos e Israel.
Rubin señala que los kurdos están irritados, conscientes de que sus salarios impagos financian los viajes de los Barzani y los Talabani a diversas conferencias por Europa y Asia. Los Barzani quizá crean que pueden esconderse en su palacio en la cima de un acantilado, heredado por su padre, Masud, de su antiguo aliado Saddam Hussein, pero los iraníes deberían guardarse las espaldas.
Los puestos de control a lo largo de la carretera de Saladino no podrán detener los drones explosivos. Lo mismo ocurre con Talabani. “Trump impuso un alto el fuego, pero no midió las consecuencias”, afirma Rubin. Si bien podría reanudar los bombardeos sobre instalaciones nucleares iraníes o a sus dirigentes, para los actuales dirigentes del Kurdistán, podría ser demasiado tarde.
Iman Shamas https://www.theinteldrop.org/2025/07/04/iran-begins-its-revenge-campaign-prepare-for-assassinations-in-kurdistan/
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