Google es una versión mejorada de Bill Gates. Censura las informaciones alternativas en materia de salud pública porque tiene intereses económicos en ella. Bill Gates no es sólo un empresario de la informática y Google tampoco es sólo un buscador sino un enorme holding que, a través de Alphabet, invierte en numerosos sectores económicos.
Uno de ellos es la sanidad y las inversiones las realiza a través de su filial Verily, una empresa de capital riesgo que creó en 2015.
A su vez Verily mantiene acuerdos con los grandes grupos monopolistas del sector. En 2016 creó una empresa conjunta con el gigante farmacéutico GlaxoSmithKline dedicada a las señales eléctricas en el cuerpo humano, una subsidiaria llamada Galvani Bioelectronics.
Con Sanofi también creó otra empresa conjunta, Onduo, para diseñar y desarrollar nuevos dispositivos conectados en el campo de la diabetes.
Verily está asociada al gigante farmacéutico suizo Novartis y el Fondo Europeo de Inversiones. Desde 2017 Google ha invertido 300 millones de dólares en un fondo buitre gestionado por Medicxi, pero también tiene acuerdos con Johnson & Johnson.
Antes Verily se llamó Google Life Sciences y, como su propio nombre indica, invierte en “ciencia” y, más concretamente, en biología, donde la cotización de las acciones y, por tanto, los beneficios, dependen de la información. La circulación de un tipo de informaciones empuja a la bolsa y las de otro tipo la hunden.
La bolsa se mueve por “información privilegiada” y ahí es donde entra el buscador, que impone al 90 por ciento de los internautas del mundo lo que pueden o no pueden leer. Lo que dice Google es “ciencia” y todo lo demás lo deja en manos de inquisidores como Newtral, Maldita y otros mercachifles.
La bolsa necesita informar pero también informarse. Por eso Verily reclutó a Thomas R. Insel, que dejó su cargo de director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos para irse al sector privado.
Son las puertas giratorias o capitalismo monopolista de Estado. Verily también reclutó a Robert Califf, el director de la FDA, la autoridad sanitaria de Estados Unidos que regula lo que es bueno para la salud, lo que se puede comer, los fármacos que se deben tomar y las drogas que perjudican la salud y que, en consecuencia, se deben prohibir.
Google también es propietario de un fondo especulativo llamado GV, que ha invertido en docenas de empresas de nueva creación especializadas en salud, principalmente en Estados Unidos.
Pero para Google los intermediarios no son suficientes y ha creado su propia empresa de biotecnología: Calico.
Varios de sus proyectos son claramente represivos, como el brazalete de seguimiento (1), o las aplicaciones de rastreo de contactos de la pandemia (2), por más que se travistan con motivos sanitarios.
A un gigante especulador tampoco las bolsas les resultan suficientes e invierte en empresas que fabrican medicamentos y no cotizan en los mercados. A través de ellas, Verily y otros fondos buitre captan a los científicos que las dirigen y a los que trabajan en ellas.
En definitiva, lo mismo que las universidades y los laboratorios, los científicos trabajan para los grandes monopolios.
(1) https://www.bloomberg.com/news/articles/2015-06-23/google-developing-health-tracking-wristband-for-health-research
(2) https://www.wired.com/story/google-apple-change-tactics-contact-tracing-tech/
Más información:
– Google no filtra las noticias falsas sino aquellas que el imperialismo trata de silenciar
– La creciente influencia de Google en la política europea
– Google informa a la policía de las búsquedas que haces
– El coronavirus le ha servido a Google para retomar su idea de una gran base de datos genéticos a nivel mundial
– Google introducirá otro espía en tu móvil en la próxima actualización del sistema operativo
comentarios
Los comentarios están desactivados.