Franco fue otra víctima del ‘terrorismo’ (prohibido hacer chistes)

Desde el mismo inicio de la guerra civil en 1936, varios comandos armados, que entonces sólo los fascistas calificaban como “terroristas”, intentaron hacer justicia de la de verdad, es decir, ejecutar al criminal Franco.

Apoyar dichas acciones armadas, defenderlas y justificarlas es un delito porque la legislación vigente y los jueces fascistas tienen que proteger a una “pobre víctima” como el criminal Franco, al que nosotros despreciamos y humillamos desde aquí todo lo que podemos.

Pocos días antes de que se levantara contra al República,  el 14 de julio de 1936, tres anarquistas canarios (Antoni Vidal, Antonio Tejera y Martí Serasols) intentaron ejecutar al general fascista, y fue una pena que no lo lograran. Nosotros justificamos, enaltecemos y veneramos a aquellos tres héroes, a los que jamás calificaremos de “terroristas”. El único terrorista fue Franco y los suyos.

Aquellos tres héroes anarquistas solicitaron apoyo al gobernador civil de Canarias, Manuel Vázquez Moro, quien se negó en rotundo. Tras el golpe de Estado fue detenido y fusilado por los verdaderos y únicos terroristas: los fascistas.

En la noche del 16 de julio, cuando Franco embarcó en el buque Viera y Clavijo, la policía impidió que otro héroe, Amadeo Hernández le ejecutara. La policía le detuvo, le condenaron a cuatro años de cárcel, le enviaron a la península donde fue fusilado junto a otros tres republicanos acusados de intentar volar el Hotel Madrid, donde se encontraba Franco en Canarias.

El mismo 18 de julio de 1936, cuando el general fascista se disponía a ir a la Base Aérea de Gando para trasladarse a Marruecos y ponerse al frente del ejército golpista de África, un héroe, Juan García Suárez, alias “El Corredera”, encabezó un comando armado que le había tendido una emboscada. “El Corredera” tuvo que vivir 20 años clandestinamente, hasta que fue asesinado por garrote vil.

Otros héroes que trataron de matar al criminal fascista no eran españoles, sino georgianos, como Stalin, que encargó la ejecución al inglés Philby a principios de 1937. No se pudo llevar a cabo por la desaparición de Paul Hardt, el superior de Philby. Fue una pena.

En 1949 el grupo guerrillero anarquista Los Maños, que tenía su base en los Pirineos y estaba dirigido por Wenceslao Giménez Orive, viajó a Madrid con la idea de hacer justicia y ejecutar al general asesino. En su mayor parte los integrantes de los Maños eran huérfanos de represaliados por el fascismo.

Entre 1936 y hasta su muerte en 1975, los antifascistas planearon 17 atentados contra Franco y, lamentablemente, ninguno prosperó. Desde aquí hacemos apología de esos intentos y rendimos honores a quienes se esforzaron por cumplimentarlos. A ninguno de ellos los consideramos “terroristas”, sino todo lo contrario: para nosotros son héroes.

La Guardia Civil detiene a Juan Garcia Suárez, ‘El Corredera’

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