Europa creía que tenía a Rusia enfrente y la tiene también a su espalda

Si a Estados Unidos le preocupan las prestaciones de los nuevos cazas rusos, a Reino Unido lo que le preocupan son sus submarinos. Para el gobierno de Londres, el enemigo principal es Rusia y vigila cada uno de sus movimientos, especialmente los submarinos, lo que ha obligado a que las distintas marinas de guerra europeas coordinen sus operaciones navales.

Rusia se ha reposicionado estratégicamente en el mar, lo que pronostica una intensificación de la carrera armamentista en Europa. Los submarinos rusos están ausentes del Mediterráneo, debido al cierre de los estrechos turcos, de conformidad con los acuerdos de Montreux, pero están apareciendo por las aguas más insospechadas.

Se desvían de las rutas convencionales y se convierten en un quebradero de cabeza para la marina británica, que intenta localizarlos. Cuando lo consigue, no les pierde de vista hasta que vuelven a sus puertos de partida.

Los submarinos rusos patrullan cerca de las costas británicas. El 22 de octubre detectaron el paso del submarino ruso B-265 Krasnodar frente a las costas francesas, acompañado por el remolcador de aguas profundas Serguei Balk. El submarino, uno de los más modernos de la marina rusa, fue escoltado sucesivamente por las armadas española, francesa, británica y belga durante su recorrido hacia el Mar Báltico.

Anteriormente el B-265 Krasnodar estaba operativo en el Mar Negro, lo que refleja la adaptación de la Armada rusa a las condiciones estratégicas actuales, al tiempo que exhibe sus últimas prestaciones navales.

Botado en 2019, el submarino pertenece a la tercera generación de sumergibles. Es capaz de descender a una profundidad de 300 metros y navegar a una velocidad de 20 nudos (37 kilómetros por hora). Está armado con misiles de ataque Kalibr, torpedos y minas.

Su capacidad para evadir la detección del sónar le ha valido el apodo de “El Agujero Negro” por parte de la Marina de Estados Unidos. Es lógico que su presencia en aguas europeas preocupe a la Marina británica.

Cuando Estados Unidos y sus secuaces de la OTAN trasladan grandes efectivos navales al Mediterráneo oriental, el reposicionamiento ruso les desconcierta, sacándolos fuera de los teatros de operaciones del Mar Negro y Ucrania. Pero ya lo anució Putin recientemente, hablando de la posibilidad de trasladar sus buques a “otros lugares”.

Rusia es una caja de sorpresas. Europa creía que la tenía enfrente y la tiene también a su espalda.

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