La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha dado un paso importante para que los supermercados vendan carne de pollo fabricada en laboratorio. Ha evaluado los datos aportados por la empresa californiana Upside Foods, que cultiva células animales para fabricar carne de pollo. La FDA dice que “no tiene preguntas adicionales sobre sus conclusiones de seguridad”. Se trata de una primicia en Estados Unidos.
El organismo público añade que “no es un proceso de aprobación”, pero Upside Foods se felicita por lo que considera como una victoria. “Hemos hecho historia al convertirnos en la primera empresa que recibe esta carta de la FDA para la carne celular”, dijo Uma Valeti, directora de la empresa. Sin embargo, todavía tendrá que obtener muchas autorizaciones antes de pensar en la comercialización y, sobre todo, tendrá que conseguir producir a gran escala y a menor coste.
Hay muchas empresas de nueva creación que trabajan en la carne artificial. Los más avanzados se refieren a los sustitutos vegetales, que imitan la carne pero no contienen proteínas animales. Estos productos ya se comercializan ampliamente, con mayor éxito en el mercado estadounidense. Muchas grandes empresas alimentarias, entre ellas Nestlé, han comprado empresas de nueva creación que producen sustitutos de la carne y el pescado.
Upside Foods es diferente, ya que fabrica carne de laboratorio, que no necesita crianza ni sacrificio. Su competidor Eat Just es el primero que ha recibido permiso para comercializar carne artificial -nuggets- en Singapur en 2020. En mayo de este año, llegó a un acuerdo con un fabricante de equipos para desarrollar cubas gigantes en las que espera producir pollo y carne de vacuno a gran escala.
Otras empresas han optado por abordar el mercado de los alimentos para mascotas. Bond Pet Foods, una empresa emergente con sede en Colorado, está creando proteínas animales a partir de un proceso de fermentación microbiana para alimentar a los perros.
Las técnicas de cultivo celular se desarrollaron originalmente para aplicaciones médicas. Desde la presentación en 2013 del primer tejido muscular cultivado in vitro para uso alimentario, el número de nuevas empresas interesadas en este sector industral ha aumentado considerablemente, atrayendo una importante financiación.
Las principales empresas alimentarias del mundo anuncian una producción masiva en un plazo de cinco o diez años, con el objetivo de imitar la carne de animales terrestres o acuáticos.