En Yemen los hutis matan dos pájaros de un tiro

Tras una semana de combates, ayer unidades del ejército de Yemen, apoyadas por combatientes del movimiento chiíta Ansarolá (Partidarios de Dios), se apoderaron del Aeropuerto Internacional de Adén, en el sur del país.
El aeropuerto cerró y todos los vuelos fueron cancelados por motivos de seguridad. También han cerrado las embajadas y el personal diplomático ha abandonado la ciudad.
La captura del aeropuerto de Adén se produjo cuando aviones de combate no identificados sobrevolaron la ciudad y dispararon misiles contra el barrio en el que se encuentra la presidencia del país.
El presidente Abdu Rabu Mansur Hadi, que ya tuvo que abandonar Sanáa, la capital, que también fue capturada por las fuerzas hutis, quiso huir de Adén en un helicóptero, pero los rebeldes se lo prohibieron. Finalmente, tras negociar, le dejaron exiliarse.
Los hutis siguen avanzando hacia el sur para tomar la costa de Abidjan. Sus fuerzas actúan conjuntamente con una parte del ejército yemenita al mando del general Al Sakkaf. Una parte importante de la población del sur se ha unido a estas fuerzas, en lo que es una de las más importantes derrotas del imperialismo y sus lacayos fundamentalistas de Al-Qaeda en la región.
Cada vez más unidades del ejército regular se pasan a las filas rebeldes. Otras son capturadas, junto a numeroso equipamiento militar. También han logrado desmantelar los campamentos de Al-Qaeda, que desde hace 10 años había convertido a Yemen en una de sus bases operativas más importantes.
Con la excusa de la “lucha” contra Al-Qaeda, Yemen era un país ocupado militarmente por Estados Unidos. El martes tuvieron que abandonar su base en Al-Anad, evacuando las tropas que tenían allá estacionadas. Las tropas imperialistas servían de escudo protector para la estancia de Al-Qaeda en Yemen. El dirigente de la rama yemení de Al-Qaeda es Anouar al-Aulaqi, un religioso nacido en Estados Unidos. En cuatro años los hutis han logrado expulsar a unos y otros.
Queda un tercero en discordia: Arabia saudí no puede permitir que los hutis se estabilicen en Yemen, desalojando a sus pupilos de Al-Qaeda de la madriguera. Sobre los rebeldes se cierne, pues, una nueva amenaza: el ejército saudí se está concentrando junto a al frontera entre ambos países.
Los hutis son un movimiento de los habitantes del norte de Yemen, una de las zonas más pobres país. Son de confesión zaidita, que es una variedad del chiísmo. En 2004 fueron duramente atacados por tropas del ejército, que asesinaron al dirigente del movimiento, Hussein al Huthi, de quien tomaron su nombre.
Apoyados por Irán, los hutis llevan, pues, más de una década en guerra. Son contrarios a la presencia de tropas de Estados Unidos en Yemen, así como de Al-Qaeda.

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