A diferencia de las facultades universitarias actuales, imbuidas de ideología anglosajona, el materialismo dialéctico ofrece una ventaja insuperable porque explica los conceptos científicos tal y como son: de una manera histórica. El materialismo dialéctico ha quedado casi como la única corriente que defiende que la historia de la ciencia forma parte de la ciencia misma. Por el contrario, el positivismo está erradicando de las facultades universitarias las disciplinas históricas: historia de la física, historia de la biología, historia de la farmacia, etc. De esta manera la ciencia es como una moda: hay que estar a la última, a lo más reciente, porque lo nuevo incorpora en su seno a lo viejo.
El origen de esta tara es que se ha tomado a la física como la ciencia por antonomasia y la física es una disciplina que ignora una de las categorías fundamentales de cualquier ciencia: el tiempo. Basta leer a Newton para darse cuenta de que apenas menciona al tiempo, a pesar de que el tiempo es una de las magnitudes básicas de la mecánica. Pero hay algo aún peor: en las pocas ocasiones en que Newton se refiere al tiempo, lo hace de una manera errónea, que posteriormente se traslada a la teoría de la relatividad, donde las explicaciones acerca del tiempo están repletas de absurdos: continuo espacio-temporal, la cuarta dimensión, viajes en el tiempo, etc.
A diferencia de la mecánica, el tiempo desempeña un papel primordial en cualquier otro ámbito. Por ejemplo, para las personas el tiempo es su biografía, para las sociedades el tiempo es su historia, para la biología es la teoría de la evolución, e incluso en la geología el tiempo ha llegado a ser una parte integrante de su disciplina. En fin, el tiempo ha inundado las ciencias en una batalla permanente contra la mecánica porque el tiempo es todo lo contrario: dialéctica, movimiento y cambio.
Pero la ciencia no sólo explica los cambios, la evolución y la historia sino que en sí misma es cambiante y, por lo tanto, se debería explicar de esa misma manera: como un desarrollo cambiante de los conceptos, de las teorías y de las corrientes mutuamente enfrentadas que la transforman.
Es posible que haya muchos que crean -erróneamente- que los médicos son los únicos profesionales que estudian las enfermedades. Pero -como todo- las enfermedades son esencialmente historia y los historiadores lo saben bien porque enfermedades conocidas como la “peste negra”, por ejemplo, han desempeñado un papel de cierta relevancia en la historia de las sociedades. Sin embargo, para analizar las enfermedades los historiadores no han mirado por el microscopio en busca de virus o bacterias, sino que han tenido en cuenta factores de otro tipo, como el hambre, el urbanismo, la alimentación, el comercio, la carestía, la meteorología, la agricultura, la ganadería, etc.
Si algún médico tuviera la paciencia de leer un “anticuado” tratado sobre la epidemia de cólera de 1883 en España (1) se llevaría muchas sorpresas. Hoy a un médico le resultaría difícil explicar por qué dicha epidemia afectaba a los barrios pobres y no a los barrios ricos. ¿No es el cuerpo humano igual para todos? Si ya es difícil acudir a una facultad de ciencias económicas y escuchar algo relativo a las clases sociales, en medicina eso es tarea imposible. Como máximo uno puede encontrar algún departamento, convenientemente aislado, en el que estudian “medicina del trabajo” y enfermedades típicas de los mineros, como la silicosis, que no se pueden ocultar. También es posible que encuentre manuales descatalogados, como el de Renzo Ricchi (2), cuidadosamente escondidos.
Pongamos otro ejemplo “histórico”: el carbunco, al que hoy llaman ántrax, una enfermedad que actualmente ha remitido, no por ningún antibiótico ni vacuna, sino por el desarrollo de las fuerzas productivas, la modificación de los sistemas de producción fabriles, la sustitución de la lana como materia prima textil por los productos sintéticos, la fabricación de colchones de muelle o el retroceso de la economía pastoril y ganadera. Es la típica enfermedad que apareció por las fuerzas productivas y desapareció por el mismo motivo.
Antes de que Koch y Pasteur impulsaran la medicina moderna, en Inglaterra la enfermedad de los trabajadores textiles por carbunco promovió en 1880 la promulgación de las normas Bradford para la manipulación de las balas de lana, que exigían tomar precauciones y modificar las condiciones de manipulación de la materia prima (3). En los centros de trabajo donde las normas Bradford se implantaron, los casos de carbunco entre los obreros desaparecieron. Si la desaparición no fue completa, se debió a que hubo capitalistas que no las aplicaron, normalmente porque encarecían o complicaban los procesos productivos en los talleres. En 1921 la Oficina Internacional del Trabajo celebró en Ginebra una reunión sobre el carbunco, de donde surgieron medidas que seguían teniendo relación con las condiciones de trabajo más que con remedios de tipo médico.
A los talibanes de la medicina moderna les gusta asegurar que las vacunas son inocuas y que han salvado muchos millones de vidas. A todos los fantoches les gusta presumir de lo que carecen. Hablan de sus éxitos y no de sus fracasos. La historia dice algo bien distinto. Por ejemplo, el carbunco del que acabo de hablar es también una enfermedad de las ovejas. A medida que se empezó a vacunar al ganado contra el carbunco, las quejas de los ganaderos se amontonaron sobre la mesa de Pasteur:
“Las ovejas morían de carbunco; pero no de la enfermedad natural adquirida en los campos contaminados, sino de carbunco producido por las mismas vacunas que debían salvarlas. De otros lugares llegaban también noticias alarmantes: las vacunas que habían costado tanto dinero, no surtían efecto; ganaderos que después de vacunar rebaños enteros se habían acostado dando gracias a Dios por la existencia de Pasteur, una mañana encontraban los campos cubiertos de ovejas muertas; ovejas que debiendo quedar inmunizadas, habían muerto víctima de las esporas de carbunco escondidas en los pastizales. Pasteur empezó a odiar las cartas; hubiera querido taparse los oídos para no percibir los comentarios irónicos que por por todas partes surgían y, por último, sucedió lo peor que podía suceder: aquel alemán molesto Koch, publicó un informe científico, frío y terriblemente exacto, en que dejó comprobado que la vacuna anticarbuncosa no tenía ningún valor práctico” (4).
Si cambiamos de tercio y en lugar de ovejas empezamos a hablar de personas, el relato puede llegar a ser espeluznante y resulta verdaderamente repugnante que nadie hable de ello en una facultad universitaria, e incluso que los ignorantes hagan alarde de su estulticia.
La vacuna contra el carbunco resultaba tan peligrosa que algunos países restringieron su utilización sólo para el ganado. Aunque posteriormente fue mejorada, es decir, lograron que fuera menos dañina, la vacuna siempre fue un fracaso, si bien “en este terreno la verdad no es siempre lo más importante”, dice cínicamente Kruif. Gracias a que, incluso en materia de salud pública, la verdad no es lo más importante, la vacunación contra el carbunco se impuso por decreto en varios países y Pasteur guardó silencio porque el volumen de negocio crecía de manera espectacular. Entonces dejó de ser una cuestión veterinaria para transformarse en economía y en política: capitalismo en estado puro.
Pero para enterarse de ello hay que hacer algo que en las facultades de veterinaria tampoco enseñan: leer viejos artículos de revistas descatalogadas. Es otra sorprendente faena porque es posible que más de uno vea clases y lucha de clases hasta en la veterinaria, en el ganado. Sencillamente alucinante.
(1) Philip Hauser: Estudios epidemiológicos relativos a la etiología y profilaxis del cólera, Madrid, 1887.
(2) La muerte obrera. Investigación sobre los homicidios blancos y los accidentes de trabajo, Madrid, 1981.
(3) P.W.J.Bartrip: The Home Office and the dangerous trades. Regulating occupational disease in victorian and edwardian britain, Nueva York; Chris Holmes: Spores, plagues and history. The story of anthrax, Durban, Texas, 2003.
(4) Paul de Kruif: Cazadores de microbios, México, 2010, pg.161.
Esas cosas ya no pasan, nada más fijarse en el "brote" (un caso) de difteria de la que nos han salvado, o la terrible pandemia cósmica de Ebola que arrasó el universo conocido pero pudo ser frenado por el buen hacer de los laboratorios ACME y sus maravillosas píldoras mágicas.
Saludos.
No crees que este artículo último tuyo, así como el anterior 'a evidencia dos virus' das pábulo a todo magufo y charlatán vende-pocimas que pueda ver encajadas sus absurdas teorías?
Si ya sabemos de sobras hasta que punto algunos son capaces de retorcer la física cuántica o la teoría de la relatividad, qué no harán con algo que directamente les resuelve la papeleta.
Que conste que no cuestiono la validez de ambos artículos que me parecen de una brillantez extrema. Tan solo quiero decir que sin una clara conciencia de clase estos artículos se prestan a la interpretación arbitraria.
Por cierto, no estaría de más que algún día escribieras algo acerca de la homeopatía.
No crees que este artículo último tuyo, así como el anterior 'a evidencia dos virus' das pábulo a todo magufo y charlatán vende-pocimas que pueda ver encajadas sus absurdas teorías?
Si ya sabemos de sobras hasta que punto algunos son capaces de retorcer la física cuántica o la teoría de la relatividad, qué no harán con algo que directamente les resuelve la papeleta.
Que conste que no cuestiono la validez de ambos artículos que me parecen de una brillantez extrema. Tan solo quiero decir que sin una clara conciencia de clase estos artículos se prestan a la interpretación arbitraria.
Por cierto, no estaría de más que algún día escribieras algo acerca de la homeopatía.
La homeopatía es un tema realmente interesante de tratar, sobre todo por el hecho de que sea constatemente descalificada por la ideología monopolista de la medicina moderna. Como señala el autor, hay enfermos y no tanto enfermedades. Sin embargo, no veo porque se da pábulo a nada con este articulo concretamente.
Ni con éste ni con el resto vamos sino justo lo opuesto
Digo que da pábulo porque suelen ir de la mano dos conceptos que salen por boca de todo charlatán viviente relacionado con la medicina alternativa. A saber, que las multinacionales farmacéuticas nos van a matar con sus vacunas, y el "pruebe usted mi agua de mar que le va a curar hasta la gonorrea" (quién dice agua de mar, dice rocas de lava del kilimanjaro frotadas por el recto)
Si bien la primera afirmación es correcta, o sea, que las multinacionales forman parte del conglomerado imperialista y que son la expresión pura del capitalismo rampante, la segunda… bueno, es simplemente pseudo-ciencia para desclasados.
Me parece muy acertado el concepto de hablar más de enfermos y menos de enfermedades, lo cual no implica cambiar fármacos que dan cuantiosas sumas de dinero a unas farmacéuticas, por bolitas de azúcar que dan cuantiosas sumas de dinero a otras farmacéuticas.
Quiero decir que el análisis científico de ciertas "medicinas alternativas" no debería tener su base en el hecho de que ande desprestigiada por la medicina burguesa, sino que debería analizarse su validez per se.
Para analizarse "la validez per se" hay que saber de que se habla y ya que se menciona el agua de mar, se debería estudiar a Quintón, no ver un video a favor o en contra, sino sus tratados y estudios antes de demostrar la ignorancia total de lo tratado.
Así es Piedra, hay que analizar, y este artículo, da en el clavo, pues nunca se habla de la historia como parte de la ciencia, y analizar esa historia, es analizar la ciencia también.En cuanto al agua de mar, el ajo, el limón,la estevia,la marihuana, sí, es cierto que son saludables y sí, es cierto que hay testimonios y si los hay, es que una de dos, o se engañan a sí mismos quienes sostienen que todo eso cura, pero entonces habría que preguntarse a qué viene tanta persecución de la farmafia, o estamos demasiado adoctrinados para aceptar que la ciencia pueda estar fuera de un laboratorio, qué le vamos a hacer.Sobre las vacunas, yo les digo a los pro-vacunas, en primer lugar, ¿teneis hijos? ¿pensais que el calendario vacunal, tal y como está ahora, con vacunaciones desde que los bebés son recién nacidos, vacunas múltiples, la vacuna del papiloma humano, etc, es una maravilla?¿pensais que está bien que los padres NO SEAN INFORMADOS de todos los efectos adversos que se puedan presentar y que NO FIRMEN ningún consentimiento?¿os inspira confianza bill gates?¿creeis que la viruela y la polio están erradicadas?¿qué lleva la vacuna de la difteria? etc.¡¡Ah!! ¿creeis que el VIH SIDA no es una estafa?¿por qué?¿qué sabeis de los tests del VIH (je,je,je,je,je,je,jeeeeee)???
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Y en CNT AIT Facebook , se censura todo lo que es crítico con la medicina oficial, con argumentos como este : "Hola, Síbaris. Soy uno de los administradores del grupo de Facebook de CNT. Hemos eliminado el siguiente enlace que has colgado en el grupo:
youtube.com/watch?v=9y5UYb3kgxc El motivo es que incluye afirmaciones anticientíficas y demostradamente falsas. La CNT no puede permitir que su buen nombre se vea empañado por afirmaciones que, de seguirse, perjudican la salud.
Un saludo." Entonces le dije : ¿qué dice exactamente el acta (de las asambleas en España) sobre la política de CNT AIT Facebook en cuanto a contenido?.Sabes que no está bien personalizar y tú has personalizado.El grupo de facebook es de todos, y si se censura un contenido, tendrá que ser porque no se atiene a lo que se decidió en las asambleas y no a opiniones personales.Otra pregunta es ¿cuántos administradores hay en el grupo y porque tu estás de administrador?" Respuesta suya : tu enlace no es el primero de este tipo que se retira del grupo. Este criterio fue adoptado en la administración hace meses cuando fuimos asolados por una pequeña epidemia de enlaces a vídeos y artículos del estilo al tuyo.
Dices que el grupo es de "todos". No sé muy bien a qué te refieres. Si por "todos" te refieres a "todos los miembros del grupo", me temo que no estamos de acuerdo. En el grupo admitimos a todo el mundo, y sabemos positivamente que hay afiliados a, por ejemplo, la CGT y partidos políticos, por no hablar de que, como a nadie se le exige el carnet, en la mayoría de los casos ni siquiera sabemos si los miembros son afiliados o no. El grupo NO es una especie de foro para miembros (propuesta que, por cierto, fue elevada a pleno y rechazada por la organización). Es un espacio de debate, sí, pero si lleva el "sello" de CNT y consume recursos de CNT, hay que preocuparse de que, como mínimo, no sea un escaparate dañino para la organización. Ya ha habido (y sigue habiendo) otros grupos que llevan CNT en el nombre, hemos visto en qué esperpento han degenerado por la falta de moderación, y no queremos que se repita.
En cuanto a los administradores, puedes ver cuántos hay y quiénes son en la lista de miembros. Es un dato público. El grupo fue creado hace más de un año por la secretaría de prensa del secretariado permanente del comité confederal, que ha ido eligiendo a las personas de confianza que le ayudaran en la tarea, como se hace con todos los grupos de trabajo de las secretarías. Estas personas incluyen tres miembros del anterior SPCC (una de ellas, yo mismo) y están en contacto permanente para hablar de estas cuestiones.
Encima, NO SE DECIDIÓ EL CONTENIDO EN ASAMBLEAS :"tu enlace no es el primero de este tipo que se retira del grupo. Este criterio fue adoptado en la administración hace meses cuando fuimos asolados por una pequeña epidemia de enlaces a vídeos y artículos del estilo al tuyo."
Fue adoptado… ¡¡EN LA ADMINISTRACIÓN!!!!
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