En Colombia no hay ni paz ni ningún proceso hacia la paz

Adán Mazo, comandante de las FARC asesinado
El jueves fue asesinado en Colombia el dirigente social Manuel Ramírez Mosquera, reclamante de tierras, en el departamento de Chocó, al noroeste de Colombia.

Ramírez fue asesinado con arma de fuego por dos hombres que le dispararon en tres ocasiones, según informó la policía.

Hasta los momentos la policía no sabe nada, no tiene una hipótesis de lo ocurrido, no sabe quiénes pueden los posibles responsables del hecho… ni hará nada por descubrir algún indicio.

La víctima formaba parte de las más de 320 familias que desde mayo pasado habían tenido que huir de sus tierras a causa de los ataques de las bandas paramilitares contra los campesinos.

En lo que llevamos de año solo en el departamento de Chocó se contabilizan tres dirigentes sociales asesinados, una práctica reiterada en Colombia. En total 79 de ellos han sido asesinados desde comienzos de este año.

El pasado 11 de agosto otros tres dirigentes sociales fueron asesinados en un plazo de 72 horas. En total,  desde enero del año pasado, el defensor del pueblo, Carlos Alfonso Negret, habla de 186 asesinatos.

Aparte de los dirigentes de los movimientos sociales y derechos humanos, también han sido asesinados siete comandantes de las FARC. El lunes asesinaron en Ituango a Jesús Adán Mazo, más conocido como “Andrés Molina”, comandante del movimiento guerrillero.

El denominado “proceso de paz” entre el gobierno y el movimiento guerrillero no ha sido otra cosa que un desarme unilateral por parte de las FARC. No sólo no ha reducido la violencia, sino que la ha incrementado. El único cambio es que ahora todos los muertos pertenecen el mismo bando.

En abril la BBC reconocía que el año pasado Colombia había registrado la tasa más baja de asesinatos en 40 años. En total se habían contabilizado unos 12.000 casos. Sin embargo, los crímenes políticos habían aumentado (*).

Se repite así exactamente lo que ya ocurrió con el anterior “proceso de paz” en los años ochenta, cuando la Unión Patriótica fue exterminada implacablemente por los mercenarios y las bandas paramilitares.

En los ochenta tras otro “proceso de paz”, se creó la Unión Patriótica, una formación política que debía demostrar que en Colombia es posible una actividad política pacífica y reivindicativa. Todos sus dirigentes fueron aniquilados, uno a uno.

Ninguno de los crímenes ha sido investigado ni juzgado. Nunca; no se castigaron en los ochenta y no se castigarán ahora. La impunidad de los pistoleros es absoluta. En Colombia no es posible la lucha política parlamentaria, pacífica y legal.


(*) http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39448854

Más información:
– Colombia: las matanzas en medio del proceso de ‘paz’

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