El Washington Post sale al rescate de la CIA con una noticia falsa sobre el asalto a la embajada

Tras sentir el dedo acusador, la CIA ha obligado a su servicio de propaganda oficial, el laureado Washington Post, a sacarle la cara con una noticia infame de la que medios como Europa Press, La Vanguardia o El Español se han hecho eco.

Los cazadores de bulos, naturalmente, no incluirán esta mentira entre sus denuncias porque dejan mal a un altavoz del espionaje muy acreditado, por lo que hay que despellejar esta intoxicación.

Según el Washington Post no fue la CIA quien asaltó la embajada de Corea del norte en Madrid sino un grupo de opositor al gobierno de Corea del norte, llamado Cheollima Civil Defense.

La fuente de los intoxicadores son, según confesión propia, quienes “conocen bien la planificación y ejecución de la misión”, es decir, la propia CIA que necesita poner pantallas por todas partes para borrar la pista de sus crímenes.

“Los que están al corriente del incidente dicen que el grupo no actuó en coordinación con los gobiernos”, siguen diciendo los farsantes, que no tienen empacho en calificar un acto de terrorismo como “incidente”. Ni que se hubieran resbalado por la calle… El intento de lavar la cara al “incidente”, independientemente de la autoría del mismo, ya huele a podrido.

El artículo sigue luego hablando de que Cheollima es una organización “oscura” y nos trata de convencer de que da la vuelta al mundo para llegar hasta Madrid. Pero si lo que pretendía era robar los móviles, podía haberlo hecho en Hong-Kong o Bangkok, que están más cerca.

“Este grupo es el primer movimiento de resistencia conocido contra Corea del norte que realiza acciones mediáticas”, sigue el artículo, que a su vez se hace eco de lo que dicen supuestos expertos, analistas y entendidos, a cada cual más estúpido.

“La CIA nunca sería capaz de hacer tal cosa”, dice el periódico a través de una analista. No ha podido ser obra de la CIA porque entonces hubiera frustrado las negociaciones pendientes con el gobierno de Pyongyang. Naturalmente, gilipollas: las conversaciones se frustraron en cuanto Trump hizo el primer ademán de sentarse a la mesa.

El asalto de Madrid fue ordenado por John Bolton, el consejero de seguridad de Trump, porque las negociaciones no les interesan y eso es algo que sabemos porque lo dijo el Washington Post precisamente el 20 de febrero, dos días antes del asalto, en una noticia que calificaba a Bolton como “un halcón” que se oponía “ferozmente” a las conversaciones “etapa por etapa”.

Respecto a Corea del norte, Bolton es partidario, según el Washington Post, de una “presión máxima mediante sanciones económicas” para erosionar la determinación del gobierno de Pyongyang.

Los asaltantes grabaron en vídeo la operación para presionar al antiguo embajador norcoreano en Madrid, Kim Hyok Chol.

Vayamos ahora con Cheollima, que es el nombre del supuesto grupo opositor norcoreano y el de un caballo mítico de los viejos relatos populares coreanos y chinos. A veces firma como Cheollima/Liberación de Joseon. La dinastía Joseon reinó en la península asiática entre 1400 y 1900, cuando se desplomó a causa de la invasión japonesa.

El mismo día que fracasaron las negociaciones de Hanoi, la organización publicó un comunicado que apesta a Guaidó y al golpismo venezolano del momento:

“Hoy declaramos el establecimiento de ‘Joseon Libre’, un gobierno provisional que prepara los fundamentos de una futura nación fundada sobre el respeto a los principios del hombre y del humanitarismo y que acuerda una dignidad manifesta a cada mujer, hombre y niño.

“Declaramos que esta entidad es el único representate legítimo del pueblo de Corea del norte”.

La redacción es tan burda, que no fue redactada en coreano sino en inglés, y luego traducida.

Cheollima es también una cuenta de Youtube que publica vídeos de denuncia que aparentan la existencia de un grupo organizado que se opone al gobierno de Pyongyang pero que no es otra cosa que un montaje de NIS, el espionaje surcoreano, lo cual es lo mismo que decir la CIA. Cuando las cosas se ponen feas en Seúl, el NIS apaña unas elecciones para impedir que salgan electos personajes poco simpáticos hacia Washington.

Lo mismo que en Irán con los Muyaidines, los grupos de la oposición en el norte de Corea no son otra cosa que la CIA. La diferencia es que los Muyaidines tienen una organización fuera de Irán con una trayectoria larga, mientras que en Corea del norte no hay nada de nada, salvo la CIA y el NIS (que son lo mismo).

En cuanto la curiosidad hurga un poco la superficie aparecen coincidencias muy curiosas, una detrás de otra, como la similitud con los Cascos Blancos de Siria. Ni siquiera se preocupan excesivamente en ocultar que el origen es el mismo. Basta comparar el logo o los sitios en internet de ambas organizaciones:

www.syriacivildefense.org
www.cheollimacivildefense.org

En todas partes, Estados Unidos sigue metiendo la pata y el Extremo Oriente no es una excepción. Corea del norte fue a Hanoi porque sus amigos en Pekín y en Moscú le pidieron que lo hiciera. Ya ha cumplido. Ha quedado bien. Ha mostrado su afán conciliador. Ahora los amigos a quien le piden cuentas es a Trump, Bolton, Pence, Pompeo y demás ineptos.

Además, tanto Pekín como Moscú tienen la excusa perfecta para levantar las medidas de presión que habían acordado contra Pyongyang.

Más información:
— La telaraña desinformativa de la CIA
— Los altavoces del imperialismo se quedan con el culo al aire
— El diario Washington Post dirigió la red de propaganda de la CIA
— El Washington Post traiciona al traidor Snowden
— Todos los hombres del candidato Trump
— Watergate: todos los hombres del presidente (y alguno que se quedó olvidado)
— La Nueva Guerra Fría de la CIA contra Rusia

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