“Es obvio que combinando las fuerzas de la República de Corea y Estados Unidos ganaremos la guerra”, le dijo el entonces secretario de Defensa, William Perry, al presidente de Corea del sur, Kim Dae Jung, en aquel momento. “Pero la guerra implica muchas bajas en el proceso”, añadió.
Estados Unidos elaboró sus planes de guerra en un momento en que Corea del norte había empezado a vaciar de combustible un reactor que podía proporcionar material fisible para bombas nucleares, aumentando ligeramente su poder de disuasión contra Estados Unidos y sus aliados.
Los documentos recientemente liberados también revelan que en 1997 Washington estaba preocupado por la posibilidad de que “una Corea del norte muerta de hambre” —víctima de la escasez crónica de alimentos a causa de las sanciones— se convirtiera en una “situación peligrosamente caótica”.
Esos temores llevaron a Clinton a recurrir a las conversaciones cuatripartitas con la participación de Estados Unidos, China, Corea del sur y la propia Corea del norte. Ese diálogo tenía que ser “lo suficientemente flexible como para abarcar una amplia gama de opciones”, desde un “colapso” de Pyongyang hasta “reformas significativas que darían al régimen norcoreano vitalidad renovada”.
El portal señala que estos documentos muestran que la Administración de Clinton, al igual que la anterior de Bush, no albergaba esperanzas de que el desafío norcoreano tuviera una resolución rápida y fácil. El objetivo estadounidense en aquel momento era un mecanismo que proporcionara a Washington y a sus aliados “garantías completas y verificables de que Pyonyang no tenía un programa de armas nucleares”.
Finalmente, aunque la política de Estados Unidos incluyó sanciones contra el país asiático, pronto las discusiones sobre las opciones militares perdieron intensidad, posiblemente porque tras estudiar la opción bélica contra el norte durante la crisis nuclear de 1994, el gobierno de Clinton entendió claramente que una guerra tendría terribles consecuencias, a pesar de que la victoria de Washington y sus aliados parecía clara, como advirtió el secretario de Defensa William Perry.
https://nsarchive.gwu.edu/briefing-book/korea/2017-12-08/engaging-north-korea-ii-evidence-clinton-administration