¿El peronismo de 1945 es el mismo de 2020?

Darío Herchhoren

En el siglo XVIII, y luego a principios del XIX, el químico francés Luis Lavoisier estableció el principio químico de que «nada se pierde, todo se transforma».

Obviamente Lavoisier era un hombre culto y seguramente conoció los escritos de Leucipo y Demócrito, que ya en la antigua Grecia establecieron con su teoría atomista los balbuceos de la Dialéctica que luego fueron desarrollados por Hegel y por Marx.

Con los movimientos sociales pasa lo mismo. El peronismo de 1945 ya no es el mismo ni de 1955, ni de 1973, ni mucho menos de 2020. Las fechas que menciono son importantes porque marcan los hitos y mojones que sacudieron el peronismo. En 1945 el peronismo se presenta en sociedad, con una ideología mezcla de nacionalismo, patriotismo, y por qué no decirlo de fascismo.

En 1955 se da un golpe de estado en Argentina que significó el ostracismo del peronismo, hasta el año 1973 en que el Dr. Héctor Cámpora gana las elecciones, y el año 2020 el peronismo vuelve a ganer las elecciones en forma abrumadora, llevando al gobierno al Dr. Alberto Fernández y a la Dra. Cristina Fernández de Kirchner, viuda del Dr. Néstor Kirchner, y ex presidente de la Nación Argentina.

Por mi edad, 82 años, y por mi lugar de nacimiento, la pampa seca, una región entre las provincias de La Pampa y Buenos Aires, lugar donde mis abuelos paternos y maternos llegaron de Europa, tuve ocasión de ver en mi infancia cual era el trato que recibían los peones de campo y los aparceros rurales que trabajaban la tierra. Con pocos medios mecánicos, con una política que privilegiaba a los grandes acopiadores de granos y exportadores de granos y de carne su vida era profundamente desgraciada. Estaban a merced de los grandes compradores, que fijaban los precios de las cosechas y de la carne para exportación.

La dependencia de Argentina hacia Inglaterra era de tal magnitud, que los ingleses llamaban a Argentina el quinto dominio. Inglaterra tenía cuatro dominios a saber: Canadá, Australia, La India y Sudáfrica, y Argentina, aunque no pertenecía al Imperio Británico, era considerada como una parte muy importante de él.

Baste decir que el presidente del Banco Central de la República Argentina estaba presidida por un Lord inglés, Sir Otto Leguizamón.

En ese marco estalla la segunda guerra mundial, y con ella se aflojan los violentos vínculos que atan a Argentina al imperio inglés, y comienza una lenta transformación de la economía argentina de rural a industrial, al no poder importar de Inglaterra las mercancías que hacían falta en el país, y ello crea una incipiente burguesía que comienza a tener cada vez más peso en la política argentina. Pero ello trae un efecto no querido por esa burguesía: La creación de un proletariado de  origen rural, que no tiene experiencia política ni sindical pero que se marcha a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo. El campo comienza a despoblarse.

Con ese proletariado rural que comienza a ser consciente de su poder se empiezan a perfilar los primeros sindicatos de trabajadores de la industria, y comienzan las primeras luchas por mejores salarios y más derechos. Todo era improvisado, y en ese medio el gobierno surgido del golpe militar de 1943, designa al entonces coronel Perón Secretario de Trabajo y Previsión. Eso le permite tener contactos diarios con los trabajadores, y lo que es más importante le permie tejer unas relaciones que duran hasta hoy mismo.

Es indispensable separar a esta altura de la historia la ideología de Perón del movimiento obrero. Perón tiene una formación ideológica fascista, al igual que muchos otros militares que formaban una logia que existía en forma secreta dentro del ejército y que era cononocida como GOU. Aquí hay que hacer una digresión, ya que algunos historiadores dicen que eran las iniciales de «grupo de oficiales unidos» y otros dicen que eran las iniciales de «gobierno, orden y unidad».

Conociendo el paño, me inclino por la segunda explicación. Los oficiales del ejército con mayor sentido patriótico, apoyaban a las naciones del eje, ya que eran los que estaban ganando la guerra contra los opresores ingleses, por aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos.

Es así como Perón, se apoya en los sindicatos para desarrollar un proyecto político burgués, y es la burguesía, una clase revolucionaria en principio que cambia todo el país. La clase obrera que se pliega en masa ante ese proyecto, se convierte en la tropa de esa batalla que se prepara entre la vieja oligarquía y la nueva burguesía, que utiliza a la clase obrera como ariete en contra de los viejos detentadores del poder.

Se produce de hecho una alianza de clases, encabezada por Perón y su gobierno, y la clase obrera pide su parte del trato, que consiste en una serie de mejoras como salarios más altos, vivienda social, buenos servicios médicos, enseñanza gratuita y obligatoria, vacaciones pagadas, etc. etc.

Todo esto es parte de una planificación económica que se traduce en los planes quinquenales, que introducen en Argentina una economía planificada, aunque de una planificación indicativa, similar a la que intenta De Gaulle en Francia.

La caida de Perón a manos de la oligarquía en 1955, significó en la práctica la pérdida de casi todos los derechos logrados, y ello siginificó que el peronismo se transformó de fuerza hegemónica a ser fuerza perseguida, encarcelada, torturada e ilegalizada. Comenzaba un período de radicalización de un peronismo ilegal, quesostiene una larga lucha contra el poder oligárquico del estado que dura 18 años, y que culmina con el triunfo del Dr. Héctor Cámpora en las elecciones del 11 de marzo de 1973, donde el peronismo revolucionario ya manejado por una tendencia marxista de la organización político militar Montoneros, se constituye en la fuerza hegemónica dentro del peronismo. Esto hace saltar las alarmas, ya que el acuerdo de Perón exiliado en España y la dictadura de Lanusse, no incluía que tendencias marxistas, muy influidas por la revolución cubana y la sandinista llegaran a gobernar. Para eso, la gran burguesía consciente del peligro que corre, llama a Perón nuevamente, que llega de su exilio a Buenos Aires, y es recibido por una multitud de dos millones de personas, que creen que Perón viene a dar el visto bueno a la situación planteada. No es así. Perón vuelva para  frenar la deriva hacia posiciones revolucionarias, y su llegada se tiñe de sangre, cuando las columnas de manifestantes que salen a recibirlo, son atacadas por los grupos fascistas, que están dentro del peronismo, produciendo una gran mortandad.

Estamos ya en 2020, y la ideología socialdemócrata a la criolla que late en amplios sectores del peronismo ha triunfado con la fórmula Fernández Fernández, pero ¿que pasará con esa segunda alma del peronismo que quiere cambios de mayor calado?

No lo sabemos, pero el gobierno del derrotado Macri, dejó el campo abonado para que pasara lo que pasó. Amplios sectores del peronismo que se reconocen como herederos del peronismo de 1945, aceptan la situación actual, pero sienten que ese no es su proyecto. Sin duda el peronismo siguiendo las enseñanzas de Lavoisier se ha transformado en una potente fuerza revolucionaria que está esperando su oportunidad. Amén.

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