El Pentágono no logra prevenir la ola de suicidios masivos en el ejército

El número de suicidios en el ejército estadounidense supera las pérdidas en las guerras de Irak, Afganistán y otros lugares desde el derribo de las Torres Gemelas en 2001. En 2021 el Instituto Watson anunció que más de 7.000 soldados estadounidenses y más de 8.000 mercenarios murieron en las guerras que siguieron al 11 de septiembre en Irak, Afganistán y otros lugares; pero se suicidaron más de 30.000 soldados y veteranos (*).

El primer trimestre de este año fue el tercero peor en cuanto a suicidios en el ejército desde 2017.

La situación es tan dramática que existe una línea directa para soldados y veteranos para que no acaben con sus vidas. Parece que Estados Unidos preferiría ver morir a sus soldados en combate que solos con su arma sin luchar por el país.

El Pentágono ha anunciado en repetidas ocasiones medidas para prevenir los suicidios entre sus soldados y ha presentado más de un centenar de medidas destinadas a solucionar el problema.

Aproximadamente el 70 por cien del personal militar que se suicida usa armas de fuego. El almacenamiento seguro de las armas salva vidas y el ejército ha prohibido a sus soldados acceder a ellas a diario para evitar que se suiciden.

Sin embargo, todas las medidas adoptadas han sido inútiles. En el ejército se alistan reclutas con serios problemas sicológicos de todo tipo, que el mando no es capaz de superar. Las sucias tareas que les encomiendan a lo largo de los cinco continentes hacen el resto.

(*) https://watson.brown.edu/costsofwar/costs/human/military/killed%20

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