El Parlamento iraní ha ordenado cerrar el Estrecho de Ormuz, un punto de estrangulamiento crucial para el comercio petrolero mundial, dejando la aprobación final al Consejo de Seguridad Nacional del país. La decisión se produce cuando las tensiones en la región han alcanzado su punto álgido la madrugada pasada, tras el bombardeo de la aviación estadounidense.
El Estrecho de Ormuz, que conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo, es un corredor vital para las exportaciones de petróleo de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak.
Desde los ataques estadounidenses, 17 petroleros han abandonado el Golfo Pérsico y solo tres buques se han atrevido a entrar en la región. Según el sitio web Marine Traffic, los barcos que salían del Golfo se movían en grupos organizados por temor a ser interceptados, mientras que 37 buques permanecieron fuera del Estrecho de Ormuz, evaluando la seguridad de la travesía. Entre ellos, el petrolero británico Mountains of Maru cambió de rumbo hacia el sur, una señal de creciente inestabilidad.
La guerra se intensificado después de que Estados Unidos apoyara a Israel en el ataque a objetivos iraníes con misiles antibúnker y misiles de crucero. Irán respondió disparando cohetes contra ciudades israelíes y también atacó la base de Ghadir, una base de misiles de la Guardia Revolucionaria en Yazd, así como el aeropuerto internacional de Bushehr.
Los huthíes también han intensificado sus actividades, a pesar de haber llegado a un acuerdo con Estado Unidos el pasado mes de mayo. El portavoz del ejército yemení, Yahya Saree, confirmó su intención de atacar buques estadounidenses en el Mar Rojo, instando a Washington a retirar sus buques de las aguas territoriales del país. Mohammed Al Buheiti, miembro de la oficina política huthí, declaró que el alto el fuego acordado con Estados Unidos ya no es válido debido a las acciones estadounidenses.
Los huthíes han desplegado lanzadores de drones adicionales en la región de Hodeidah, lo que aumenta su potencia de fuego. Las tensiones también se han extendido a Irak. La embajada estadounidense en Bagdad ha sido parcialmente evacuada. Algunos miembros del personal han abandonado el país debido a los crecientes riesgos en la región, lo que refleja el temor a una escalada. En Irán el ejército ha reforzado la seguridad en lugares estratégicos, incluidas las terminales petroleras de Bandar Abbas, en previsión de posibles represalias.
El Estrecho de Ormuz se cerrará ‘en cuestión de horas’
Ayer el comandante de la Guardia Revolucionaria iraní (CGRI), Alireza Tangsiri, ha declarado que el Estrecho de Ormuz se cerrará “en cuestión de horas” en respuesta a los continuos ataques de Estados Unidos e Israel.
Tangsiri enfatizó que Irán utilizaría sus fuerzas, incluyendo lanchas rápidas y misiles antibuque, para hacer cumplir el plan de bloqueo. Según la agencia de noticias iraní Mehr, el CGRI realizó recientemente ejercicios cerca del Estrecho, practicando el minado de las aguas y el ataque de grandes buques con drones. Teherán también podría usar misiles Khalij Fars, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 300 kilómetros.
También podría dificultar el desplazamiento de los barcos que atraviesan la zona, interfiriendo las señales de navegación, lo que obliga a los capitanes a navegar más lentamente para evitar colisiones.
Irán considera el cierre del Estrecho como una herramienta para obligar a Estados Unidos y sus aliados a negociar. Según fuentes occidentales, Teherán ya ha desplegado fuerzas de defensa aérea adicionales en las zonas costeras, en particular en la isla de Abu Musa, para proteger la operación.
Las tensiones militares están aumentando en la región. Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, cuyas terminales petroleras dependen del Estrecho, han puesto a sus fuerzas armadas en alerta máxima. La flota estadounidense en el Golfo, incluido el destructor USS Cole, ha intensificado sus patrullas en previsión de una posible escalada. Incluso un bloqueo a corto plazo podría causar interrupciones significativas en el suministro de petróleo, lo que genera una enorme preocupación entre los mercados mundiales, incluidos los financieros.
Irán ha comenzado a prepararse para una posible respuesta estadounidense. Ha reforzado la seguridad portuaria en ciudades costeras como Bandar Abbas, y algunos civiles han sido evacuados. Mientras tanto, ingenieros iraníes han estado modernizando los lanzadores de misiles cerca del estrecho. Estas acciones demuestran que Teherán pretende consolidar su control sobre la zona.
La decisión de cerrar el Estrecho demuestra el coraje de Irán, a pesar de las dificultades económicas causadas por las sanciones.
Descubre más desde mpr21
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.