En los inodoros y las aguas fecales hay un tesoro escondido. El Foro de Davos lo califica como “la cuarta revolución industrial”. Por su parte, los “expertos” aseguran que es un nicho de mercado que hasta ahora nadie se había preocupado de explotar. Hay programas para producir hidrógeno y electricidad; otros para elaborar carbón vegetal biológico, minerales, fertilizantes, alimentos y agua potable.
En 2016 varias multinacionales formaron un chiringuito, la Toilet Board Coalition, para promover la “economía circular”. La coalición colabora con varios organismos de la ONU, como UNICEF, ONU-Agua (UN-Water) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, uno de los cuales son las letrinas, los saneamientos e inodoros.
Varias multinacionales forman parte de la coalición, entre ellas Unilever, que vende numerosas marcas de alimentación, y Firmenich, una empresa suiza especializada en la producción de sabores y aromas artificiales, algo que nunca puede faltar cuando la materia prima son los orines y excrementos. El buen gusto siempre tiene que llegar a los paladares más exigentes.
En 2020 Firmenich se asoció con Microsoft para elaborar sabores artificiales con inteligencia artificial. A los alimentos de “carne vegetal” les daba un sabor a res “ligeramente asada”.
Según una investigación del propio holding, el mercado podría alcanzar un valor de 62.000 millones de dólares solo en la India. Es una materia prima desaprovechada de 3,8 billones de litros de “valiosos recursos biológicos cada año” (1), que es una manera elegante de referirse a los orines y deposiciones.
Del holding de las saneamientos también forma parte otra empresa, llamada Veolia, que recicla las aguas residuales para convertirlas en potables. No se trata de proyectos quiméricos: hace dos años que Veolia suministra agua a los vecinos de Les Sables d’Olonne, en Francia. Según su propia página web, en 2023 puso en marcha en la localidad el Programa Jourdain, calificado como “el primer experimento en Francia y Europa en el tratamiento de aguas residuales, para asegurar el suministro de agua potable en la región” (2).
En 2011 la Fundación Gates financió el concurso RTTC (“Reinvent the Toilet Challenge”) en el que participaron ocho universidades para filtrar y separar los diversos componentes de las aguas fecales.
La retórica que justifica el reciclado de las aguas residuales es el mantra de siempre: el cambio climático va a causar sequías, por lo que hay que asegurar el suministro de agua potable “de muy alta calidad”, dicen los folletos publicitarios de la industria de los saneamientos.
Si una multinacional, como Unilever, forma parte de la coalición de la inodoros, es porque la economía política de los excrementos también incluye un componente alimentario, específicamente destinado a transformar los orines y las heces humanas en alimentos nutritivos y sanos.
La materia prima es abundante. Los 8.000 millones de habitantes del planeta fabrican excrementos humanos cada día, lo que equivale a 3,8 billones de litros. Una vez capturados, ofrecen posibilidades de reciclado muy interesantes, dice la Toilet Board Coalition. Por eso el gobierno de India inició un ambicioso programa para que las personas no defequen en la calle. La materia primera se pierde y para obtenerla instalaron cien millones de letrinas. De esa manera India se convierte en un país con la etiqueta ODF (“libre de defecación en espacios abiertos”). El negocio es doble: unas empresas fabrican los inodoros y las otras recogen los excrementos.
La técnica para reciclar excrementos se basa en la cría de larvas de la mosca soldado negra (Hermetia illucens). Las llaman las “moscas ecológicas” por su excepcional capacidad para convertir los desechos orgánicos en proteínas de alta calidad, lípidos y nutrientes esenciales. El polvo se procesa en un producto fácilmente digerible, denso en nutrientes que se utiliza en una amplia variedad de alimentos y bebidas: harina, masa para pasteles y galletas, barritas proteicas, cerveza, cereales para el desayuno y otros sustitutos de la carne y los lácteos (3).
Una empresa sudafricana, Gourmet Grubb, ahora llamada De Novo Foodlabs, vende helados Entomilk (4) y otros productos “alimenticios” procesados por esas larvas: leche, yogures, quesos…
La técnica de utilizar larvas de mosca negra para crear nuevos “alimentos” a partir de excrementos humanos recogidos en las alcantarillas es un proyecto que cuenta con el apoyo de EAWAG, el instituto de investigación del agua, que tiene su sede en Zurich y que en 2012 fue subvencionada por la Fundación Gates con 40.000 dólares por su labor en el diseño de los nuevos inodoros capaces de reciclar las aguas fecales (5).
Para capturar el máximo posible de heces, EAWAG se asoció con la empresa austriaca Eoos para crear una letrina móvil que contiene su propio filtrado de aguas y no necesita alcantarillas. Fue desarrollado dentro del programa de subvenciones de la Fundación Gates y lo llaman “Blue Diversion Toilet”. Al separar y reciclar las aguas, el inodoro sirve también de grifo para beber agua reciclada, e incluso de ducha (6).
Las larvas de mosca negra se utilizan para elaborar fertilizantes y biocombustibles, así como en la “alimentación animal”. En 2023 la Unión Europea aprobó su comercialización para la “alimentación humana” bajo la etiqueta de “nuevos alimentos”. Ciertos productos procesados que contienen larvas de mosca negra —como harinas, proteínas o ingredientes en barras energéticas— se pueden comercializar legalmente en la Unión Europea.
Otros países, como Canadá, Suiza y algunos en Asia, también han avanzado en la regulación de los insectos como fuentes de proteínas para consumo humano, incluyendo las larvas de mosca negra.
Mientras las grandes multinacionales se apoderan de los manantiales de agua potable y la venden embotellada, los demás se tendrán que conformar con beber las aguas fecales recicladas. Sin denominación de origen. Se trata de experimentos que ya se han probado en África. Por ejemplo, las letrinas de última tecnología “Blue Diversion Toilet” se probaron en Uganda en 2013 y al año siguiente en Kenya.
Si los negros no se mueren al consumir el agua reciclada, pronto los veremos en nuestras grandes metrópolis y urbanizaciones… además de en nuestras mesas.
(1) https://medium.com/@TheToiletBoard/accelerating-the-sanitation-economy-the-fortune-in-our-toilets-28653366d952
(2) https://www.veolia.com/en/our-media/news/vendee-eau-help-veolia-preparing-future-through-its-jourdain-programme-first
(3) https://www.marketresearchintellect.com/blog/black-soldier-fly-larvae-powder-the-eco-friendly-superfood-revolutionizing-the-food-and-beverage-industry/
(4) https://edition.cnn.com/2019/07/25/business/gourmet-grubb-insect-ice-cream-intl
(5) https://www.gatesfoundation.org/Ideas/Media-Center/Press-Releases/2012/08/bill-gates-names-winners-of-the-reinvent-the-toilet-challenge
(6) https://www.dezeen.com/2015/04/06/blue-diversion-toilet-eoos-eawag-sanitation-water-filter/