El gobierno y el PNV chantajean a los presos políticos vascos con el acercamiento a Euskadi

Mientras Iñaki Bilbao “Txikito” acaba de iniciar una huelga de hambre a causa de las insoportables condiciones de vida que le mantienen en la cárcel, con quienes bajan los brazos el gobierno central y el autonómico tienen otras expectativas: su acercamiento a cárceles próximas a Euskadi.
Esto no es otra cosa que el cumplimiento de la ley por su parte, es decir, que quien no ha cumplido con la ley hasta ahroa ha sido el gobierno central. Sin embargo, hasta para eso juegan con el chantaje, porque lo someten a condiciones: previamente los presos tienen que aceptar la ley penitenciaria vigente. Lo resumimos en cuatro patadas:

a) el gobierno no cumple con la ley penitenciaria manteniendo a los presos lejos de sus allegados
b) no obstante, quienes deben aceptar la ley penitenciaria son los presos
c) si los presos aceptan el chantaje, entonces el gobierno hará lo que la ley le obliga
d) el PNV y el gobierno vascongadillo están en el complot de los chantajistas

El PP y el PNV confirman el chantaje y, además, mienten: lo desligan de la aprobación por el PNV de los presupuestos del gobierno del PP, que es la manera en que los burgueses hacen las cosas: lo uno por lo otro.
El chantaje establece que los presos estarán en cárceles que no superen la distancia de 250 kilómetros del País Vasco. Se ha establecido un mapa de diez prisiones que incluyen las cárceles de Zaragoza, Burgos, Soria, Teruel, León y Asturias, entre otras.
Ahora mismo hay 274 presos de la izquierda abertzale que cumplen condena en condiciones de dispersión. La mayoría están en prisiones de Andalucía, Extremadura, Madrid y alrededores de la comunidad madrileña. En Francia hay alrededor de otros 70 que también están dispersos al norte del país galo a aproximadamente 700 kilómetros de París.
Los primeros pasos se podrían ejecutar en un tiempo no superior al año. A partir de entonces la situación de los que no tragan con el chantaje va a empeorar porque la política de dispersión no acaba aquí.
A presar de ello, el autodenominado “colectivo de presos políticos vascos” dice que está “debatiendo” no se sabe qué porque —como es obvio—sobre un chantaje no hay debate posible: o lo tomas o lo dejas.

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