El gobierno británico vigilará las redes sociales pagando a contratistas privados

La caza de brujas está servida. El gobierno británico va a gastar unos 755.000 dólares (600.000 libras) en un proyecto en el que participarán contratistas cuyo trabajo consistirá en vigilar las redes sociales en busca de “información errónea perjudicial e relatos de desinformación”.

Así se desprende de un anuncio publicado en el sitio web Contracts Finder del gobierno, que contiene información sobre contratos por un valor superior al equivalente a 15.000 dólares, como es el caso de éste, que demuestra que el gobierno busca un servicio para vigilar y analizar la desinformación.

La licitación fue convocada por el Ministerio de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS). Se publicó el 23 de abril y se cerrará este mes. Según el anuncio, el contrato tendrá una duración de nueve meses, con posibilidad de renovación.

No es la primera vez que se detecta la fiebre de la desinformación en los contratos del gobierno británico. Una búsqueda de los contratos que figuran en este sitio muestra que 24 de ellos mencionan la palabra “desinformación”, pero sólo tres de ellos son anteriores a este año.

El contrato de servicios que el gobierno pretende adjudicar ahora está abierto tanto a las pequeñas y medianas empresas como a las VCSE (empresas de voluntariado, comunitarias y sociales), y quien resulte adjudicatario deberá firmar un acuerdo de confidencialidad.

El futuro socio del Ministerio de Cultura para el seguimiento y análisis de los contenidos de las redes sociales deberá centrarse en el público británico, explican las bases del concurso, que añaden que este enfoque deberá estar presente siempre que sea posible hacer esta distinción.

Como viene siendo habitual, el objetivo se describe en términos bastante vagos y amplios, como la identificación de narrativas dañinas de desinformación, comportamiento inauténtico Coordinado o manipulación sistemática del entorno informativo.

No se sabe qué hará el Ministerio de Cultura con los informes de su futuro contratista de vigilancia, pero no es difícil de adivinar. El franquismo fue pionero en estos manejos. Entonces al dinero público destinados a los periodistas leales se le llamaba “fondo de reptiles”.

Pero ahora están dando un paso más. A los periodistas leales se les añaden los soplones.

—https://reclaimthenet.org/uk-government-contractors-social-media-surveillance-of-misinformation

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