El exceso de mortalidad supera los 100.000 fallecimientos durante la pandemia en Francia

Esta semana Francia ha superado oficialmente la marca de las 100.000 víctimas del “covid” lo que, en términos relativos, supone un incremento del 16 por ciento respecto al año anterior, un porcentaje inferior al de España.

Como cualquier dato que procede de fuentes públicas, la cifra es falsa sin ningún género de dudas, aunque son aún más falsas las predicciones que se emitieron al inicio de la pandemia para justificar el confinamiento. Macron habló de 400.000 muertos.

No hay alarma sin exageración. Como los datos no cuadran, los medios que a lo largo de la pandemia han ido fabricando histeria, como Le Monde, aseguran que la cifra oficial es inferior a la real.

La realidad es que la cifra es falsa porque los números se han inflado y así lo han admitido algunas instituciones públicas. Se han imputado al fantasma “covid” muertos que no tenían ni la más remota relación con ningún virus. Así lo han asegurado varias familias, cuyos allegados sufrían patologías previas muy graves.

Lo mismo que en España, la contabilidad se apoya sobre los certificados extendidos por los médicos, cuya fiabilidad es cero. Incluso ha bastado la más insignificante alusión al “covid” para ponerla en primer plano, por encima de cualquier otra patología.

La edad media de los fallecidos “por covid” en Francia es de 85 años y las comorbilidades sólo se mencionan en el 65 por ciento de los informes, según datos del 6 de abril de este año, lo cual es una auténtica vergüenza (y no sólo para los médicos franceses).

En Italia las cifras oficiales son aún más contundentes: no ha existido ningún exceso de mortalidad en la población por debajo de los 50 años, sino todo lo contrario; la mortalidad es inferior a la de años anteriores (1).

Según las cifras del Insee, el instituto francés de estadística, el año pasado el exceso de mortalidad con respecto al anterior es de 55.000, aunque la reserva es idéntica: aún suponiendo que dicha cifra sea real, de ninguna manera se puede aseverar que las muertes se puedan atribuir al “covid”.

Si se analiza el exceso de mortalidad por tramos de edad, la conclusión para Francia es la misma que en Italia: no se ha producido ningún exceso de mortalidad entre la población con menos de 65 años.

“La epidemia que afectó a Francia en 2020, muestra un exceso de mortalidad nulo para los menores de 65 años (es decir, el 80 por ciento de la población) y un exceso muy bajo para los mayores de 65 años (máximo del 3,34 por ciento para este grupo de edad). Este resultado está muy lejos de la hecatombe anunciada y para la que se han aplicado medidas sanitarias desproporcionadas”, según un estudio científico dirigido por Laurent Toubiana (2).

Por lo tanto, cuando aparece un exceso de mortalidad sólo entre los ancianos, las causas no hay que buscarlas en el “covid” sino en otros lugares, como las restricciones sanitarias, el aplazamiento de operaciones urgentes, el aislamiento de los ancianos, el aumento del número de suicidios o el mayor consumo de antidepresivos, como el rivotril.

Me gustaría llamar la atención sobre este último punto, que también es parecido al caso español. El 28 de marzo del año pasado un decreto del gobierno francés autorizó el uso de ese fármaco en caso de “infección por coronavirus” (3).

El rivotril es la marca comercial del clonazepam, un ansiolítico de la familia de las benzodiacepinas que comercializa la multinacional Roche. Los médicos prescriben su uso en casos de epilepsia, depresión y otros. Además, se suele recetar en los asilos para que los ancianos tengan una “muerte dulce”. La prensa francesa asegura que durante la pandemia los médicos han recetado rivotril a los ancianos como una forma de eutanasia (4).

No les falta razón; basta leer las contraindicaciones en letra pequeña: no se puede recetar rivotril a quienes padecen una insuficiencia respiratoria severa (5), que es el síntoma más característico de eso que llaman “covid”. Por lo tanto, ¿cómo es posible que el gobierno francés haya autorizado un medicamento contraindicado en casos de dificultad respiratoria?

Blanco y en botella: lo mismo que en España, el exceso de mortalidad sólo aparece en Francia entre la población de edad avanzada, la cual no ha fallecido por ningún “covid” fantasmal, sino por abandono e ingesta de tranquilizantes. No han muerto; los han matado.

(1) https://www.istat.it/it/files//2021/03/Report_ISS_Istat_2020_5_marzo.pdf
(2) https://recherche.irsan.fr/fr/documentation/index/voir/154-
(3) https://www.legifrance.gouv.fr/affichTexte.do?cidTexte=JORFTEXT000041763328&categorieLien=id
(4) https://www.theprairie.fr/rivotril-la-france-facilite-t-elle-leuthanasie-dans-les-ehpad/
(5) https://base-donnees-publique.medicaments.gouv.fr/affichageDoc.php?specid=68429141&typedoc=N

Más información:
— La pandemia en España: ¿cuántos han muerto y a cuántos han dejado morir
— El exceso de mortalidad en España durante la pandemia
— El exceso de mortalidad en España tampoco ha sido consecuencia de la pandemia exclusivamente

comentarios

  1. El truco de la oficialidad para medir el exceso de mortalidad es el mismo que utiliza para declarar el número de infectados, los valores absolutos. Al final, nosotros caemos también en el mismo error asumiendo que las poblaciones de personas más propensas a morir se mantienen constantes en el tiempo. En realidad, en Europa en general, la esperanza de vida crece continuamente. La gente vive más, aunque más enferma también. Esto significa que cada año los grupos de personas más ancianas varían, con una tendencia al crecimiento.

    Tenemos una supuesta pandemia que, vaya qué casualidad, se comporta en cuanto a muertes por grupos por edad de la misma forma que las muertes por todas las causas. Mientras más viejo se es, más probabilidades hay de morir. Por lo tanto, lo correcto sería medir la mortalidad en términos relativos en cuanto a grupos de edad para poder estimar la dimensión de las muertes para un año determinado. Por ejemplo, si en el 2020 la población de personas mayores de 70 y 80 años era mayor que en el 2019, aunque muera la misma cantidad de personas en términos relativos, viéndolo en números absolutos, obtendríamos un exceso de mortalidad. Y así es cómo simplemente han tejido este engaño, calculando este exceso en valores absolutos, sin tener en cuenta los grupos por edades.

    Mirando los informes de la oficina de estadísticas de la Unión Europea, no se observa para el 2020 ningún exceso de mortalidad en Europa. Aquí dejo un enlace al pdf en alemán: https://bittel.tv/wp-content/uploads/simple-file-list/Analysen,-Grafiken-Covid-19-Europa-21-01-2021.pdf

    En estas tablas se cuantifica la mortalidad por grupo de edad en términos relativos. El valor más importante es el Equivalente Total (Gesamtäquivalent), un parámetro que compara en términos relativos por grupo de edad la mortalidad de los años precedentes con la del 2020. Este valor contextualiza la dimensión de la mortalidad en los diferentes años en comparación con el 2020. Por ejemplo, para Italia, uno de los países supuestamente con más muertes por Covid, resulta que el 2020 fue su séptimo mejor año en cuanto a mortalidad, comparándolo con los 11 años anteriores. Para Francia, el 2020 fue su tercer peor año, teniendo menos mortalidad relativa que en los años 2013 y 2015. El 2020 para Alemania representó, con respecto a los nueve años precedentes, su segundo mejor año en cuanto a menor mortalidad. Y así en general con la mayoría de los países de la EU. En algunos casos como España e Inglaterra, el 2020 representó su peor año, pero la diferencia de esta mortalidad, incluso llega a ser menor que la comparación de diferencias entres años anteriores.

    En resumen, en Europa la mortalidad se comportó normalmente según lo esperado, teniendo en cuenta el crecimiento poblacional de personas más propensas a morir por todas las causas. Por lo tanto, en el 2020 no hubo ninguna pandemia apocalíptica que haya matado más gente de lo normal. El supuesto exceso de mortalidad no es más que un truco de prestidigitación, utilizando valores absolutos y ocultando la variabilidad anual de los grupos poblacionales que más mueren normalmente.

  2. Todo esto, aún reconociendo la existencia del virus y en ocasiones muy virulento, es una gran farsa orquestada por grupos de poder económico de gran capacidad, multimillonarios, para cambiar el rumbo de la población mundial, hacia una sociedad controlada por una pequeña élite. Creo que todos debemos de hacer frente, cada uno a su manera, a esta gran barbarie.

Los comentarios están desactivados.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo