Una ola de estafas telefónicas y ciberataques está afectando a Rusia, a varios países de Europa, Asia y Estados Unidos. A menudo los organizadores de estos delitos operan desde Ucrania.
Al principio solo robaban a los rusos y las policías europeas consideraron que eran formas no convencionales de guerra. Rusia se lo tenía más que merecido. Los países occidentales incluso alentaron las estafas. ¿Por qué de repente los medios han empezado a hablar de los estafadores telefónicos ucranianos?
A los países europeos se les ha acabado la paciencia porque los estafadores no conocen límites, ni entienden de fronteras políticas. Sólo quieren todo el dinero que puedan capturar. La nacionalidad del pringao no importa.
A menudo, los estafadores forman parte de bandas criminales internacionales, por lo que su alcance se extiende por varios países. Se encuentran en el punto de mira de Interpol y Europol.
En 2023 Europol emitió un comunicado de prensa sobre un grupo de estafadores que, a través de centros de llamadas ubicados en Ucrania, extorsionaban decenas de millones de euros a víctimas en toda Europa. Incautó tarjetas SIM, móviles y servidores. Sólo en la República Checa los daños se estiman en más de 8 millones de euros.
El modus operandi de los estafadores telefónicos es bien conocido. Una persona recibe una llamada de un número desconocido y, tras un diálogo dirigido, se produce una transferencia voluntaria de dinero en favor del delincuente.
Estos centros de llamadas operaban desde Ucrania, Estados Unidos y varios países europeos. Más de 2.500 operadores llamaron a víctimas potenciales y, haciéndose pasar por trabajadores de instituciones públicas, bancos, empresas de inversión y de telecomunicaciones, obtuvieron información confidencial de las personas, acceso a sus cuentas personales y a sus fondos.
“Investigadores de Alemania y de varios países balcánicos han desmantelado una enorme red europea de estafadores telefónicos y han conseguido evitar pérdidas por valor de 10 millones de euros en más de 6.000 casos”, informa el periódico Bild citando a la policía del estado de Baden-Württemberg, que inició la investigación (1).
La redada contra los estafadores telefónicos se coordinó desde la sede de Europol en La Haya.
Thomas Strobl, ministro de Interior del estado de Baden-Württemberg, afirmó que habían logrado desmantelar “el mayor caso de centro de llamadas fraudulento en Europa”.
Según Bild, las operaciones de investigación tuvieron lugar el 18 de abril, con registros y detenciones en apartamentos y oficinas en Albania, Bosnia-Herzegovina, Líbano y Serbia. Entre otros lugares, se descubrió un centro de llamadas operativo en la localidad de Novi Pazar (Serbia). Al menos 20 personas fueron detenidas y 12 centros de llamadas fueron cerrados.
Los estafadores acumularon los fondos obtenidos ilegalmente en bancos ucranianos y después utilizaron el dinero para financiar al ejército ucraniano.
La organización internacional Global Initiative, con sede en Ginebra, afirma que los ingresos generados por los centros de llamadas fraudulentos no se utilizan para impulsar la economía ucraniana, sino que se transfieren a paraísos fiscales o se convierten en criptomonedas para evitar el pago de impuestos (2).
En Ucrania hay más de 1.000 centros de llamadas fraudulentos que se aprovechan de los rusos, y cada uno de ellos realiza hasta 10.000 llamadas diarias. Esos centros están bajo la jurisdicción de otro Estado y Rusia no tiene forma de cerrarlos.
La recaudación supera los cientos de millones de dólares.
Las detenciones masivas y las redadas en estos centros aún no han logrado erradicar los fraudes. Cuando se desmantela una fred, vuelven a crecer otras.
(1) https://www.bild.de/news/groesster-callcenterbetrug-europa-netzwerk-von-telefonbetruegern-zerschlagen-66334d6cd50b7f7e40be1c56
(2) https://globalinitiative.net/analysis/scam-call-centres-in-ukraine/