Ayer por la mañana el gobierno ucraniano anunció la captura de Kupiansk. Si la información es cierta, lo cual no ha ocurrido hasta ahora, confirmaría la importancia del avance del ejército ucraniano en el frente norte, que ya capturó Balaklaya hace tres días. La represión contra la población civil ya ha comenzado.
El avance en el norte, en torno a Jarkov, iniciado hace una semana, es mucho más importante que el del frente sur, en torno a Jerson, por más que sea irrelevante desde el punto de vista estratégico.
El ejército ucraniano baila la música al ritmo que le marca la OTAN (ataques en zonas definidas del frente), y de cara a la galería. Querían ofrecer a los medios de comunicación del mundo entero un regalo de cumpleaños: “hemos llevado a los rusos a sus propias fronteras”. No lo han conseguido, al menos de momento.
Rusia está reforzando a marchas forzadas las unidades en ese sector, lo que sus simpatizantes en el extranjero consideran como una derrota, al menos parcial. Otros dicen que se trata de una trampa tendida a los ucranianos: el ejército ruso estaría a punto de cercar a las fuerzas ucranianas en los alrededores de Kupiansk. Hay quien se consuela diciendo que el avance ucraniano se ha llevado a cabo con un considerable costo de vidas y materiales, que no van a ser capaces de reponer. Por fin, los hay que piden la cabeza de Putin y el ministro de Defensa ruso, Serguei Choigu, por su fracaso.
A diferencia de un desfile militar, en una guerra se producen retrocesos y la única pregunta que cabe hacerse en el frente de Jarkov es cuánto va a durar el ataque ucraniano o, en otras palabras, el tiempo que va a tardar en volver a sus posiciones iniciales.
También habría que preguntar por el costo del ataque y si los ucranianos serán capaces de reponerse alguna vez de las pérdidas que han padecido para abrir una brecha de sólo 50 kilómetros.
Ahora bien, la situación del ejército ruso en el sector no es fácil. Tanto Kupiansk como Izyum son puntos estratégicos al norte del Donbas. Aseguran retaguardia de las fuerzas rusas, sus cuarteles generales de sector, los refuerzos, las rotaciones de unidades y sobre todo la logística vital para continuar las operaciones en dirección a Slaviansk y Kramatorsk.
Cuando el ejército ruso inicie el contraataque tampoco lo va a tener fácil para embolsar a los ucranianos en un cerco del que no puedan salir.
Os cuesta mucho entender lo que se ha dicho en muchos comentarios en vuestra web.
El apoyo de EEUU (la mayor potencia militar del mundo con diferencia) a Ucrania lejos de disminuir irá aumentando enviando armas cada vez más potentes y más tecnológicamente avanzadas.
Y cuanto más se esfuerce Rusia en seguir con esta guerra que la va desangrando más soldados y material militar va a perder.
Eso es así desde el primer momento en que Putin entró en la trampa mortal de Ucrania, donde EEUU ya sabía que entraría y los estaba esperando.
Es inútil seguir resistiéndose a aceptar esta dolorosa realidad.
Son juegos tan desagradables como macabros y los imperialistas si algo tienen es ninguna clase de escrúpulos.
La tecnología suministrada a Ucrania en armamento es muy superior a la que dispone el ejército ruso, y eso es algo que este último va a pagarlo con sangre, lágrimas , un enorme montón de cadàveres de sus soldados y hasta puede que termine con la caída de Vladimir Putin.
Desgraciadamente y nos guste o no, eso es así.
No nos cuesta entender nada, lo que ocurre es que no estamos de acuerdo con los mensajes con que la OTAN satura la bandeja de entrada de mensajes, con enlaces a El Mundo, El Confidencia o la Revista Ejércitos. Rusia ya ha ganado la guerra y el único enigma es cómo va a terminar exactamente, cuáles son los términos de la capitulación.
Hasta aquí he podido leer:
«Rusia ya ha ganado la guerra y el único enigma es cómo va a terminar exactamente, cuáles son los términos de la capitulación»……
Rusia no ha ganado ninguna guerra y dudamos mucho, muchísimo que pueda llegar a ganarla…….