Las instalaciones de una estación de seguimiento del GCHQ, el centro de comunicaciones del ejército británico en Oriente Medio, han sido ampliadas en previsión de una guerra con Irán (*).
Las imágenes satelitales muestran que se han llevado a cabo una serie de trabajos de construcción en la estación del GCHQ en Omán, un país ubicado entre Irán y Yemen.
El sitio desempeña un papel clave en una región donde Reino Unido busca contrarrestar a Irán y al movimiento huthí. El ministro de Defensa británico, Grant Shapps, dice que es necesario vigilar ese espacio para detectar posibles ataques de Yemen.
Mil soldados británicos están estacionados en Omán, donde el GCHQ mantiene tres sitios de vigilancia. Uno de ellos está en la costa sur, cerca de la localidad de Salalah, a 120 kilómetros de Yemen. Conocido por el nombre en clave de Clarinet, su existencia fue revelada en 2014 gracias a las filtraciones de Snowden.
Declassified publicó las primeras fotos de Clarinet en 2020, mostrando su radomo estilo pelota de golf, similar en tamaño a los vistos en otros sitios del GCHQ. Imágenes de satélite más recientes muestran importantes trabajos de construcción dentro del perímetro de 1,4 kilómetros del sitio.
Han construido dos nuevos edificios y puesto los cimientos de dos más. El mayor de los nuevos edificios tiene una superficie del tamaño de seis canchas de tenis y parece tener varios pisos.
Las cartas náuticas confirman que Clarinet se encuentra en uno de los pocos lugares de Omán donde encallan cables submarinos. Deben estar indicados en las cartas náuticas para evitar que los barcos los muevan con sus anclas. Esos cables son las vías digitales de comunicación entre continentes, lo que permite al GCHQ piratear el tráfico de internet en todo el mundo.
Entre Perth y Salalah se está tendiendo un nuevo cable de comunicaciones de 10.000 kilómetros, el Oman Australia Cable. Aunque inicialmente lo presentaron como un proyecto comercial encabezado por una empresa australiana, Subco, en realidad pasa por la base militar estadounidense-británica en el atolón Diego García, en el Océano Índico.
El ejército estadounidense pagó 300 millones de dólares para desviar el cable a través de Diego García, en una operación cuyo nombre en código fue Big Wave. Diego García forma parte de las Islas Chagos, cuya población indígena fue deportada por los colonialistas británicos en los años sesenta para instalar una base estadounidense, a cambio de un descuento en la compra de submarinos nucleares.
La base ha sido un punto de partida clave para las fuerzas estadounidenses que atacan Irak y Afganistán, y se espera que el Pentágono la utilice en caso de guerra con Irán. La instalación del cable de fibra óptica significa que la base ya no dependerá de conexiones satelitales para comunicarse con el continente.
Perth, la ciudad del oeste de Australia que alberga el otro extremo del cable, también se ha convertido en una terminal estratégica. El año pasado Reino Unido instaló algunos de sus submarinos de propulsión nuclear en el puerto, en virtud del controvertido pacto Aukus. Esto permitirá a la Royal Navy organizar patrullas submarinas más frecuentes cerca de China.
(*) https://www.declassifieduk.org/british-spy-agency-refuses-to-acknowledge-its-bases-in-gulf-dictatorship
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