Más de 16.000 científicos y profesionales sanitarios ya han firmado la Declaración de Great Barrington, que aboga por una política sanitaria alternativa para tratar la pandemia de coronavirus, ya que el confinamiento está produciendo “efectos devastadores en la salud publica a corto y largo plazo”.
A la Declaración se han unido más de 150.000 personas particulares.
El nombre de la Declaración procede de la localidad estadounidense en la que fue redactada y se publicó el 4 de octubre en internet (*) y que está accesible en castellano. Entre los promotores figuran tres epidemiólogos y expertos en salud pública de las universidades de Harvard, Oxford y Stanford.
Se trata de Martin Kulldorff, profesor de Medicina en Harvard; Sunetra Gupta, profesor de epidemiología teórica en Oxford; y Jay Bhattacharya, profesor de Economía y Medicina de Stanford.
La declaración sostiene que la política sanitaria implementada hasta ahora conducirá en los próximos años a un mayor exceso de mortalidad, “siendo la clase trabajadora y los miembros más jóvenes de la sociedad sobre quienes recae el peso más grande de estas medidas. Mantener a los niños fuera de las escuelas es una grave injusticia”.
El aumento de la desnutrición en el mundo ha sido otra de las consecuencias del confinamiento. Los cierres de fronteras, las cuarentenas y las restricciones de viajes han interrumpido las cadenas de suministros de alimentos. Esto se refleja en un riesgo de 12.000 muertes por hambre diarias, superiores a los 10.000 muertos por coronavirus que se registraron en todo el mundo el 2 de abril.
Los firmantes defienden el principio de lo que llaman como Protección Focalizada. Dado que una persona en la tercera edad tiene una posibilidad 1.000 veces mayor de morir por coronavirus que un joven, dice la Declaración, una aproximación «estratificada por edades» podría permitir un reparto más adecuado de los recursos para centrarse en los pacientes de alto riesgo y ancianos, permitiendo a las personas sanas mantener abiertos los comercios y a niños y adolescentes seguir asistiendo a escuelas e institutos.
La Protección Focalizada reduciría los “daños colaterales” de los confinamientos, incluyendo las muertes por suicidio, una reducción de la inmunidad en la infancia, y los incrementos en la violencia machista y los abusos familiares.
También permitiría a la población de bajo riesgo mantener su actividad laboral, lo que ayudaría a alcanzar una inmunidad colectiva más rápidamente, reduciendo la duración y la intensidad de los confinamientos.
(*) https://gbdeclaration.org/la-declaracion-de-great-barrington-sp/
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