Recientemente la CIA desclasificó 130 documentos que son una parte de los archivos referentes al escritor soviético Boris Pasternak. Su lectura confirma que fue el espionaje estadounidense quien publicó y difundió la novela “Doctor Zhivago” en 1958. Según el libro “The Zhivago Affair”, escrito por los periodistas Peter Finn y Petra Couvée, fue el mayor arma cultural contra el comunismo durante la guerra fría, sobre todo porque, en cumplimiento del plan de la CIA, la mano del gobierno de Estados Unidos no apareció de ninguna forma forma hasta fechas muy recientes.
Una de las consignas del espionaje, fechada en diciembre de 1957, recomienda prestar a la obra de Pasternak una atención especial. “La tirada de ‘Doctor Zhivago’ debe ser máxima y publicarse en el mayor número de redacciones para una ulterior discusión por la opinión pública internacional así como nominarse para los premios Nobel”, dice el documento.
La novela formó parte del programa de distribución de libros que la CIA puso en funcionamiento durante la guerra fría. La agencia de espionaje gastó millones cada año en la traducción y publicación de todo tipo de obras. Entre 1958 y 1991 el programa propagandístico del imperialismo difundió unos 10 millones de libros y periódicos, no solo literarios, sino también de historia, economía e historia del arte, entre otros temas. Los documentos de la CIA señalan que los autores como Pasternak ayudaban activamente con sus obras a destruir el socialismo en la URSS.
Como principal punto de distribución del libro, el espionaje escogió la Exposición Universal que se celebró en Bruselas en 1958, donde participaron 45 países. La CIA no podía distribuir el libro desde el pabellón estadounidense, por lo que utilizó el pabellón del Vaticano, dirigido por un grupo de católicos rusos, sacerdotes y seglares. Para ello la CIA tuvo que imprimir en su propio cuartel general una edición limitada, clandestina y de bolsillo de la novela, lo que se llevó a cabo en julio de 1959, cuando unas 9.000 copias salieron de sus rotativas.
A Pasternak (1890-1960) no se le conoce por sus poemas sino casi exclusivamente por su única novela, “Doctor Zhivago”, que los instrumentos de propaganda del imperialismo convirtieron en un símbolo, un ariete con el que mentir, engañar y criticar hasta el agotamiento a los países socialistas.
Gracias a “Doctor Zhivago”, a Pasternak le dieron el Premio Nóbel de literatura en 1958 y poco tiempo después se rodó una película basada en la novela, que se tradujo a 18 idiomas. Incluso lanzaron colecciones de cromos para que los niños de todo el mundo aprendieran a odiar al socialismo en una operación propagandística que hasta entonces nadie había sido capaz de poner en marcha.
Pero los Premios Nobel son los galardones más manipulados y corrompidos que existen y por eso la propaganda imperialista les da un realce que no tienen. El caso del “Doctor Zhivago” no es una excepción.
Según el reglamento, para optar al Premio Nóbel de literatura, la novela debía estar editada en su idioma original en su propio país y “Doctor Zhivago” estaba aún sin publicar porque la editorial soviética que tenía prevista su difusión la rechazó finalmente en 1956 a causa de la contrarrevolución en Hungría. Pasternak recibió una carta en la cual la editorial le explicaba las razones por las cuales no le publicaban la novela. Dicha carta se difundió en las revistas Novi Mir y Literaturnaia Gazeta y, además de exponer los motivos por los que rechazaban su publicación, contenía una crítica de la novela. Luego también intervino el diario Pravda con una reseña negativa de Doctor Zhivago firmada por D. Zaslavski.
La CIA decidió tomar cartas en el asunto organizando una operación rocambolesca. Pasternak había enviado el manuscrito de la novela a sus amigos en Occidente y la agencia de espionaje se dispuso a robarlo de un avión al que obligaron a aterrizar en Malta durante dos horas, el tiempo suficiente para fotografiar el original que luego editaron en ruso con el sello de la editorial Mutón de La Haya. Para evitar sospechas, utilizaron el mismo papel de imprenta que era corriente en la Unión Soviética. Asimismo, emplearon un tipo de letra especial, común en Rusia, e imprimieron los capítulos de que consta la novela en diferentes lugares con el fin de evitar que se descubriera la falsificación.
Tras la maniobra el libro fue presentado justo a tiempo al comité de los Nobel y los miembros de la Academia Sueca se mostraron muy sorprendidos ante el hecho de que les obsequiaran con varios ejemplares de una novela cuya existencia hasta entonces desconocían, justo a tiempo para que tuvieran en consideración a Pasternak como candidato al Nobel de 1958.
La CIA financió con fondos propios la primera edición en ruso de la novela. Poco después una editorial italiana con fama de izquierdista, Feltrinelli, fue la primera que editó una traducción, contribuyendo a dar carta de legalidad a la trampa al estampar su sello.
Pasternak nunca recibió el Nobel, premio que rechazó públicamente cuatro días después del anuncio. Debió resultar frustrante para él que le premiaran por lo más flojo de sus escritos. En efecto, Pasternak es un escritor cuyo punto fuerte no es la narrativa, sino la poesía. Es uno de las más grandes poetas rusos del siglo XX, pero no recibió el premio gracias a sus versos, que al imperialismo le importaban un bledo, sino a una novela y sólo por el contenido político contrarrevolucionario de la misma.
“Doctor Zhivago” es la única novela de Pasternak. En 1965 fue llevada al cine por el británico David Lean, con Omar Shariff (Yuri Zhivago), Julie Christie (Lara) y Geraldine Chaplin (Tonia) en los papeles principales, con una soberbia banda sonora de Maurice Jarré. La película fue rodada en la España franquista, que no puso más que facilidades para que pudiera realizarse, con gigantescos decorados en el camino de Canillas en Madrid que simulaban al Petrogrado de 1917 y los campos de Soria como magnífica estepa siberiana. Obtuvo cinco Óscar de Hollywood.
Narra los avatares de un médico y su familia durante los últimos años de la Rusia zarista, la guerra civil, la revolución de Octubre y los albores de la URSS. Además del trasfondo político, la obra relata el dilema sentimental de Zhivago, un poeta burgués, además de médico, que se debate entre su esposa y su amante.
La ambigüedad sentimental del doctor Zhivago corre paralela a su ambigüedad política. La novela expone, pues, el punto de vista de un intelectual desbordado por la furia de los acontecimientos revolucionarios de 1917. Es la mirada desconsolada del propio Pasternak, que no es capaz de diferenciar entre la feroz violencia contrarrevolucionaria del zarismo y la justa respuesta de las masas oprimidas. Pero, como suele suceder, el pacifismo no es más que una hipócrita cobertura lanzada, no en contra de los bolcheviques, como a veces se dice, sino de las propias masas oprimidas que se han convertido en protagonistas de su destino gracias a la revolución.
Pero el médico no quiere formar parte de esas masas; no quiere ser actor sino espectador de los acontecimientos porque cree que es eso lo única que le puede permitir convertirse en juez, falsamente imparcial, situado por encima de los bandos en lucha. El intelectual burgués que es Zhivago ya no es dueño de su vida privada, asaltada por el tumulto de los acontecimientos: la guerra mundial, la revolución, la guerra civil… Fuerzas exteriores a su propia persona le arrastran hacia lugares que no son los suyos y le impiden disfrutar de una vida propia, apacible.
El distanciamiento es el emblema de la intelectualidad fría. Los padres y hermanas de Pasternak emigraron a Berlin después de la guerra civil entre rojos y blancos que siguió a la revolución, una época de grandes hambrunas. Leonid se les había adelantado. Viajó para recibir tratamiento médico de los ojos, pero luego decidió quedarse en Alemania en busca de un futuro mejor, para terminar sus días en Gran Bretaña después de la entrada de los nazis al poder. Como buenos intelectuales, los Pasternak huían de la realidad porque se podían permitir ese lujo.
El personaje de Lara está inspirado en Olga Ivinskaya, la amante de Pasternak. Éste había contraído matrimonio en 1922 con Zhenia (Eugenia), una pintora, con quien tuvo un hijo. Pero en los años treinta se enamoró de Zina la mujer de su mejor amigo, con la que terminó casándose y tuvo otro hijo. Al cabo de los años Olga Ivinskaya, junto con su hija, fueron condenadas por cobrar derechos de autor ilegales procedentes de la publicación en el extranjero de “Doctor Zhivago”. Ivinskaya fue condenada a ocho años de trabajos forzados en Siberia y su hija a tres. La oleada de protestas que desencadenaron los países imperialistas logró que fuera librada cuatro años antes de cumplir su condena.
Aunque ha transcurrido más de medio siglo, la manipulación contra la URSS no se ha detenido ni un instante. Una noticia de la BBC de 22 de febrero de 2004 decía que Pasternak había sido un autor prohibido durante 30 años en la Unión Soviética y que sus obras completas iban a ser publicadas por primera vez al año siguiente, es decir, en febrero de 2005, para conmemorar los 115 años del nacimiento del escritor. Es completamente falso. Ya en 1933 se publicaron todos sus poemas en un volumen.
Así sufrían los autores prohibidos y perseguidos en la URSS.
El verdadero sufrimiento es el de los lectores que cada día tienen que soportar la basura propagandística del imperialismo, como la Wikipedia.
La basura propagandística es la que excretas en este artículo, amigo, digna de los aparatos censores que aplastaron a sangre y fuego la libre creación artística en la URSS. No tienes más que ver la libre creación de los primeros años 20 en Rusia, paraíso del vanguardismo mundial, y su rápida desaparición con el triunfo de tu amigo Lenin. Si tuviera que citar la lista de autores reprimidos, proscritos, ultrajados, ajusticiados, desaparecidos, (pintores, literatos, músicos, todos…), por no trabajar "conforme al canon socialista" no tendría espacio en este blog patético. Ni, por supuesto, podría poner este comentario ni tú tener abierto y libre un blog en internet si vivieras en ese paraíso proletario. Ignoro el caso exacto de Pasternak, pero esa odisea para ver, simplemente, el libro en occidente tras negarse la publicación en su país da pistas. También es sospechoso que un país que era visitado habitualmente por la vanguardia artística europea, (Hindemith, Krenek, Milhaud, compositores, por ejemplo), cierra su frontera poco después a toda influencia exterior.
No puedo, como decía, elaborar una lista de autores víctimas de la ignominia. Pero no puedo dejar de citar a algunos: lee las memorias de Nadezhda Mandelstam, gañán; escucha la Primera Sinfonía de Popov, gañán, que fue prohibida y cuyo autor decía toda su vida que tenía miedo a que vinieran por él en medio de la noche; escucha "Lady Macbeth" de Shostakovich, gañán, a la que Pravda declaró la guerra; lee también a Solzhenitsin, expulsado de la Unión Soviética, que te explicará cómo trataban allí a los disidentes.
Me despido con estos versos: "Nos vigilaban estrellas de la muerte, / e, inocente y convulsa, se estremecía Rusia / bajo botas ensangrentadas, bajo / las ruedas de negros furgones… De madrugada vinieron a buscarte. / Yo fui detrás de ti, como en un duelo".Es el Requiem de Anna Ajmátova para su hijo, sus amigos, aplastados por el régimen de Stalin. Miles de escritores fueron ejecutados durante los años del terror rojo. "Cuando llegaban los hombres vestidos de cuero, el final empezaba…". Los intelectuales que no emigraron o no fueron expulsados aterrizaron como elefantes en una cacharrería en el nuevo orden. La "generación de la edad de plata", la de Ajmátova, Tsvetaieva, Mandelshtam, Pasternak, Bulgákov, sufrió acoso y derribo, fueron asesinados o deportados cuando ya no servían a los fines de una cultura socialista. La apertura hace pocos años de los archivos literarios del KGB mostraron el horror de aquellos crímenes contra la inteligencia cometidos por Lenin y Stalin.
"Basura propagandística del imperialismo", dices… cuánta estulticia, ceguera, olvido, parcialidad y falta de lecturas y estudios pululan por la Red.
Cuídate, sobre todo la mente