Ayer el ejército boliviano bloqueó varias calles centrales de La Paz, la capital, y ocupó la plaza frente al edificio de gobierno. Los vídeos publicados en las redes sociales mostraban un gran número de hombres armados y equipo militar.
El presidente Luis Arce condenó las acciones de los militares. “Se está gestando un golpe de estado”, dijo Evo Morales.
Según la televisión boliviana, el general Zúñiga, jefe del ejército, entró en el palacio presidencial. Un vehículo blindado derribó las puertas del palacio de gobierno antes de retirarse tres horas después.
Zúñiga fue rápidamente destituido de su cargo. Arce lo acusó de intentar un Golpe de Estado. El general fue detenido y llevado a la fuerza a un vehículo policial mientras hablaba con la prensa frente a un cuartel militar.
Arce se enfrentó al general golpista en el pasillo del palacio: “Soy su capitán y le ordeno retirar a sus soldados, y no permitiré esta insubordinación”, dijo. A continuación apareció en el balcón del palacio presidencial, mientras la multitud lo vitoreaba.
“Ordeno a todos los movilizados que regresen a sus unidades”, dijo el nuevo jefe del ejército, José Wilson Sánchez. El ejército obedeció inmediatamente al nuevo mando militar sin pestañear. El ministro Eduardo del Castillo dijo que también fue detenido el ex vicealmirante de la Armada Juan Arnez Salvador.
El ministro de Justicia, Iván Lima, dijo que los fiscales buscarían la pena máxima de 15 a 20 años de prisión contra el general golpista.
Disputas internas en el Movimiento al Socialismo
El golpe se ha producido después de meses de fuertes tensiones entre el presidente Luis Arce y su antiguo aliado, el expresidente Evo Morales (2006-2019), por el control del partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS).
Bolivia padece serias dificultades económicas. En el Congreso los aliados de Morales han frustrado sistemáticamente los intentos del gobierno de Arce de endeudarse para aliviar parte de la presión.
En 2019 Evo Morales fue derrocado como Presidente tras un golpe de estado similar.
Bolivia tiene 23 millones de toneladas de de litio, las mayores del planeta, que ha acordado explotar conjuntamente con Rusia. La alianza entre la empresa púbica Yacimientos de Litio Bolivianos y la rusa Uranium One debe comenzar a operar en 2025, dijo Arce a principios de este mes en el Foro Económico de San Petersburgo.
Además, Bolivia es candidata a ingresar en el bloque Brics.