Crisis, desempleo, explotación y… suicidio de los trabajadores

Tanto el incremento de la explotación como el paro han conducido a que el número de suicidios alcance cotas nunca conocidas en Francia. Por dicho motivo el Observatorio Nacional del Suicidio (ONS), creado en 2013, relaciona los suicidio con la explotación de los trabajadores. Su cuarto informe se titula “Suicidio: ¿qué relación hay entre el trabajo y el desempleo? Pensar en la prevención y en los sistemas de información” (1).

Tras la cobertura mediática de los suicidios en el lugar de trabajo y la apertura del juicio contra los cabecillas de Orange (antes France Telecom) en mayo del año pasado, es necesario medir las interacciones entre los riesgos psicosociales, la salud mental y el suicidio a fin de establecer medidas de prevención eficaces, dice el ONS.

El informe se realizó antes del confinamiento, cuyos efectos sobre el comportamiento suicida de los trabajadores se estudiarán en años posteriores.

A menudo el suicidio en el trabajo o en una situación de desempleo se asocia con la fragilidad individual del trabajador y no con las condiciones de trabajo o con la falta del mismo. Sin embargo, el informe asegura que las condiciones individuales del trabajador no son el único factor determinante.

Una encuesta de 2016 sobre las condiciones de trabajo y los riesgos psicosociales midió la relación entre la exposición a los riesgos psicosociales y el comportamiento suicida (2).

El desempleo aumenta los trastornos depresivos y el riesgo de suicidio. Sin embargo, las personas con empleo no se salvan. Entre los trabajadores que conservan su empleo, el 5,3 por ciento informan haber tenido pensamientos suicidas en los últimos doce meses. Las razones de estos pensamientos son familiares (40 por ciento), sentimentales (36 por ciento), profesionales (32 por ciento) y relacionadas con la salud (19 por ciento).

Se puede ver que las personas más expuestas al riesgo suicida tienen el doble de probabilidades de tener pensamientos suicidas que el promedio. En el trabajo, las malas relaciones sociales, los conflictos de valores, las exigencias emocionales y la inseguridad económica desempeñan un papel importante en los pensamientos suicidas y el riesgo de depresión. A esto le siguen un reconocimiento y un salario insuficientes, la falta de autonomía y una gran carga de trabajo.

(1) https://www.vie-publique.fr/sites/default/files/rapport/pdf/274654.pdf
(2) https://dares.travail-emploi.gouv.fr/dares-etudes-et-statistiques/enquetes/article/risques-psycho-sociaux-rps-edition-2015-2016

Más información:
– La multinacional Orange va a juicio por la presión a la que sometió a sus trabajadores

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