China mete la cuchara en el avispero ucraniano

El reparto del mundo entre la grandes potencias imperialistas sigue su curso. Mientras Europa naufraga lenta pero inexorablemente, China tiene un proyecto estratégico de penetración en el viejo continente cuya ejecución se ha acelerado desde el estallido de la crisis capitalista en 2007. Eso significa que los chinos otorgan a Europa el mismo estatuto que al Tercer Mundo; no es comensal sino comida.

Por ejemplo, a finales de 2011 China compró la multinacional EDP (Aguas de Portugal), en competencia con capitales alemanes tan fuertes como E.On, con capitales brasileños como Electrobras y CTG, entre otras. La empresa china que se llevó el gato al agua fue China Three Gorges, cuyo capital es cien por cien público. La prensa portuguesa habló de presiones por parte de Dilma Rousseff y Angela Merkel para evitarlo pero comieron el pastel simplemente porque mientras los demás querían pagar el precio, China pagó más de lo que valía por su cotización en bolsa y, además, prometió créditos y proyectos de cooperación internacional.

Aquel mismo mes China propuso a la Unión Europea prestarle ayuda contra la crisis capitalista a condición de que cumplieran una de estas tres condiciones: elevar el estatus de China en el Fondo Monetario Internacional, ampliar sus derechos en la Organización Mundial de Comercio o levantar el embargo de armas europeas a China. La respuesta de la Unión Europea calificó estas propuestas de “humillantes y peligrosas”.

China ya se ha colado en un sector estratégico de la económica europea desde Portugal y ahora trata de hacer lo mismo desde el otro extremo: Ucrania. Hace muy poco el ministro polaco de Asuntos Exteriores, Radosław Sikorski, dijo que como condición para sus inversiones en la economía ucraniana Pekín había pedido al gobierno de Kiev que entre en la Unión Europea, es decir, que a los asiáticos no les interesa su asociación con Rusia. Al respecto el embajador de China en Ucrania, Zhang Xiyun, declaró: “Tengo dudas en cuanto a la veracidad o justeza de la alusión a lo dicho por el Sr. Sikorski. Tal vez las dudas se deban a la justeza de la traducción”.

Obras son amores. En Crimea China tiene un ambicioso proyecto de modernización de los sistemas de irrigación agraria, renovación técnica, desarrollo de complejos agrícolas y de los sistemas logísticos, que deberán estar ligados a una de las terminales de los puertos del mar Negro. Los chinos se han comprometido a contratar mano de obra local y mantener la propiedad de la tierra en manos públicas.

“Desde luego que todo esto pertenece al ámbito de la conspiración”, reconoce hoy La Voz de Rusia. En Crimea algunos dan un tinte geopolítico a esta cuestión que compromete a Rusia. El jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Majlis (Parlamento) del pueblo tártaro de Crimea, Alí Jamzin, vaticinó que como resultado la parte oriental de Ucrania y especialmente Crimea “quedarán para siempre en la zona de intereses geopolíticos rusos o quizás ruso-chinos”.

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