Pareciendo quedarse sin ideas sobre qué nueva andanada de sanciones disparar contra Rusia, la UE ha presentado la «última adición» a la actual, a menudo absurda, pero innegablemente dañina “guerra contra la desinformación”.
Y la solución es empezar a imponer sanciones a las personas o entidades que la UE marque como culpables de difundir desinformación. El régimen de sanciones contra los proveedores acusados de “desinformación” incluiría las habituales: congelamiento de activos, prohibiciones de viaje, etc.
La idea de proponer tal cosa a los políticos de la UE tampoco provino de algún oscuro grupo de eurodiputados del Parlamento Europeo, sino del propio jefe de política exterior de la organización, Josep Borrell.
“Propondré un nuevo mecanismo que nos permitirá sancionar a esos malignos actores de la desinformación”, dijo Borrell, según publicó Reuters. Borrell no mencionó cuándo se podría presentar esta propuesta a los eurodiputados para su votación, pero afirmó que “no estaba tratando de definir qué era verdadero o falso en las noticias”.
Es difícil saber si este anuncio de sanciones y cruzadas contra la desinformación que convergen juntas es solo otra forma en que la UE está tratando de mantenerse ocupada, o si la crisis se considera un buen momento para introducir algo que, en diferentes ocasiones, será más probable que se perciba como un plan escandaloso.
No hace falta decir que Borrell puso todo en el contexto del conflicto en Ucrania: en parte para justificar la idea misma y en parte para justificar la reciente decisión de la UE de comenzar a prohibir varios medios de comunicación rusos. Pero esta última idea podría tener ramificaciones más profundas y duraderas que cualquier crisis económica.
Como hemos visto en los últimos años con la información relativa al coronavirus, un movimiento como este crearía una herramienta poderosa que, definida vagamente, podría usarse en cualquier momento en que un gobierno quiera silenciar el discurso, promover la censura y castigar, etiquetando a cualquier persona como “difusora de desinformación”.
Fuente: Reclaim The Net
Ah… estos Úrsula Von den Mayer y Borrell. Es como si alguien les hubiese arrancado el alma y dejado sólo el cuerpo. Ahora entiendo por qué se dice aquello de que la revolución no se hace sólo para proveer a la gente de los bienes materiales que necesitan.