El miércoles, Joe Biden anunció que nominará a Samantha Power para dirigir la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Power se desempeñó como embajadora ante la ONU del presidente Obama de 2013 a 2017. Antes de eso, trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional de Obama, donde desempeñó un papel fundamental en impulsar la intervención de Estados Unidos en Libia en 2011.
Promotora de la invasión a Libia
Power argumentó a favor de la intervención estadounidense en Libia con el pretexto de proteger los derechos humanos y prevenir el genocidio. A ella se unieron en su cruzada la entonces secretaria de Estado Hilary Clinton y Susan Rice, quien se desempeñó como embajadora de la ONU en ese momento.
Informes de 2011 dicen que la presión de Power, Rice y Clinton es lo que llevó a Obama a intervenir militarmente en Libia, a pesar de que sus otros principales asesores estaban en contra. El entonces secretario de Defensa Robert M. Gates diría más tarde que en una decisión de «51 a 49», Obama decidió bombardear Libia.
La intervención de Estados Unidos y la OTAN en Libia que condujo al brutal asesinato del ex gobernante libio Moammar Gaddafi fue un desastre absoluto. La desestabilización de Libia convirtió al país en un refugio para militantes vinculados a Al Qaeda, dio lugar a asesinatos selectivos de africanos negros, provocó una crisis de refugiados en el norte de África e incluso llevó a la creación de mercados de esclavos.
Intervención en Siria y apoyo a los crímenes saudíes
Por sus esfuerzos por convencer a Obama de que destruyera Libia, se promovió a Power. Como embajadora de Estados Unidos en la ONU, Power abogó por la intervención de Estados Unidos en Siria y se mantuvo al margen mientras la administración Obama respaldaba a los saudíes en su brutal guerra contra los hutíes de Yemen.
Si bien Powers desde entonces ha adoptado una postura pública contra la guerra en Yemen, omitió su papel inicial en el apoyo a la guerra de sus memorias que se publicaron en 2019. En el libro, Power defendió su decisión de intervenir en Libia y argumentó que más intervención en Siria podría haber evitado algunas de las atrocidades de la guerra.
El papel de la USAID en Venezuela
Si bien no es exactamente una posición de seguridad nacional, Power tendrá mucha influencia en la política exterior a partir de su futuro papel como directora de USAID.
La agencia se utiliza a menudo para financiar los esfuerzos de cambio de régimen de EE. UU. Por ejemplo, en septiembre de 2019, la USAID anunció que entregaría 52 millones de dólares a Juan Guaidó, a quien Estados Unidos reconoce como presidente de Venezuela, a pesar de que Nicolás Maduro es el presidente elegido por los venezolanos. A principios de 2019, Estados Unidos apoyó a Guaidó en un fallido intento de golpe.
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