Argelia cierra uno de los dos grifos que traen gas a España

Ayer el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, ordenó a la empresa pública Sonatrach que no renueve el contrato del gasoducto que pasa por Marruecos y abastece de gas a España, “a la vista de las prácticas hostiles del reino vecino”, en referencia a Marruecos.

Los suministros de gas argelino a España se harán a partir de ahora exclusivamente a través del gasoducto submarino Medgaz, puesto en marcha en 2011.

“El presidente Abdelamadjid Tebboune ordenó el cese de las relaciones comerciales entre Sonatrach y la Oficina Marroquí de Electricidad y Agua Potable (ONEE) y la no renovación del acuerdo que expira en la medianoche del domingo”, según un comunicado emitido por la presidencia y difundido por la televisión pública.

Tebboune tomó esta decisión, tras consultar al Primer Ministro y a los Ministros de Asuntos Exteriores y de Energía, “en vista de las prácticas hostiles del reino [marroquí] que socavan la unidad nacional”, dice el comunicado.

Argelia, principal proveedor de gas natural de España, no había ocultado en las últimas semanas su intención de no prorrogar el contrato de utilización del gasoducto Magreb Europa (GME).

El miércoles la ministra española de Transición Ecológica y responsable de Energía, Teresa Ribera, y el ministro argelino de Energía y Minas, Mohamed Arkab, anunciaron que el suministro de gas argelino a España se aseguraría a través del gasoducto Medgaz y de los complejos de conversión de gas natural licuado.

Desde 1996 Argelia envía unos 10.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año a España y Portugal a través del GME.

A cambio del tránsito del gasoducto, Rabat recibió casi mil millones de metros cúbicos de gas natural al año, lo que representa el 97 por ciento de sus necesidades. La mitad eran tasas de tránsito pagadas en especie, y la otra mitad, gas comprado a un precio favorable, según los expertos del sector.

A finales de agosto, Argelia rompió sus relaciones diplomáticas con Marruecos, alegando acciones hostiles del reino, una decisión que Rabat calificó de totalmente injustificada.

La crisis estalló poco después de la normalización de las relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel, a cambio del reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Argel, que apoya a los independentistas saharauis del Frente Polisario, repite regularmente su apoyo a la causa palestina.

A España se le complica la situación económica. A los precios ascendentes de la energía se le suma el empeoramiento de las relaciones diplomáticas en el norte de África, que van a ser aún más tensas en el futuro.

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