Almudena Ariza (TVE) se convierte en la portavoz «de facto» del yihadismo en España

Almudena Ariza es la corresponsal de la televisión pública española en Jersualén, trasladada desde hace algunas semanas a Damasco con motivo del derrocamiento del gobierno de Al Assad y el ascenso al poder de la antigua filial de Al Qaeda en Siria. Ariza es la Clarissa Ward española que, bajo una apariencia de falsa equidistancia, tiene el fecundo trabajo de dar apariencia de legitimidad a los barbudos que cortan cabezas en Siria.

La cobertura que la TV pública está realizando de la guerra en Siria cumple un objetivo político, y es acompañar una decisión que involucra a todo el gobierno del PSOE y Sumar. España es un país directamente implicado en la tarea de apoyar a Estados Unidos en las acciones dirigidas contra el Eje de la Resistencia, y para que esta política no tenga la oposición de la opinión pública, testigo de un genocidio en directo las 24 horas del día, es necesario caras que lo dulcifiquen.

Con una extraordinaria facilidad para entrar en Damasco que no tuvieron muchos periodistas, Ariza fue una de las primeras reporteras que entraron en la capital Siria durante las primeras horas del nuevo gobierno de facto. En directo para el canal 24 horas de TVE, definía a los mercenarios del grupo terrorista afiliado a Al Qaeda, Japhat Al-Nosra (ahora conocido como Hayat Tahrir al-Sham) como «milicianos» o simplemente «opositores» en la mal llamada Guerra Civil Siria, mientras tomaba imágenes de sus uniformes con los parches de la organización terrorista.

Ariza sostenía en las primeras horas que aunque había incertidumbre en la población, la sensación podía definirse como de «alivio» y «alegría» por la caída del gobierno de Al Assad y el ascenso de Al Qaeda mientras afirmaba sin rubor que quienes lo celebraban auguraban una transición «tranquila».

Si bien no es la primera vez que un canal de televisión español apoya públicamente al grupo terrorista, desde que Siria fue invadida por mercenarios extranjeros en 2011, respaldados por Estados Unidos, la OTAN e Israel, con el objetivo de dividir el país según los intereses geopolíticos de la OTAN, la prensa corporativa occidental describe sistemáticamente al grupo terrorista como “rebeldes moderados”.

Es extraño que Ariza, estando sobre el terreno, no se haya hecho la simple pregunta de si Japhat Fatah al-Sham realmente ha cortado sus vínculos con Al-Qaeda, o no tenga apenas noticias de las masacres y redadas que el nuevo gobierno está implementando contra los alauitas y cristianos, o militantes del partido Baath, que no haya publicado una sola cifra de las ejecuciones practicadas tras la toma del poder del HTS, que no haya sido capaz de desmentir toda la sarta de mentiras publicadas por ella misma sobre la prisión de Sednaya, o el simple hecho de que hayan sido despedidas de la función pública miles de mujeres que trabajaban como funcionarias del anterior gobierno en todas las áreas.

Los Estados Unidos, que crearon Al Qaeda –un hecho admitido por Hillary Clinton– son los titiriteros de los escuadrones de la muerte que han invadido Siria desde marzo de 2011. En aquella época se afirmaba que un “levantamiento espontáneo” contra un régimen “antidemocrático” fue respondido con una violencia brutal por parte de las fuerzas de seguridad, lo cuál motivó que la organización terrorista incursionara en la vida del pueblo sirio.

Pero lo cierto es que ni Almudena Ariza, ni TVE han hecho ningún esfuerzo por investigar el origen de la violencia en Siria. Se culpó al gobierno sirio de reprimir a los “manifestantes pacíficos», y organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch y posteriormente los Cascos Blancos, desempeñaron un papel clave en las mentiras y la desinformación que los terroristas utilizaron como cobertura para su matanza de inocentes en Siria. Muchas de estas siniestras fábulas de terror contadas por estas ONG´s las hemos contado aquí.

Es curioso como la misma TVE que en el año 2011, a través de su programa Españoles por el Mundo, presentaba una Siria moderna, laica y socialmente avanzada, ahora haya transformado radicalmente su relato. No veremos a Ariza cubriendo los bombardeos israelíes sobre Damasco (mucho menos investigar la financiación israelí de los yihadistas), los ajustes de cuentas y la censura, porque su objetivo no es contarlo, sino ocultarlo; y cuando no, embellecerlo.

Antes de la ocupación apoyada por Occidente, las mujeres sirias vestían lo que querían y el Estado promovía el secularismo y la vestimenta no religiosa. El papel de este tipo de corresponsales si se le aplicaran en un tribunal de justicia los Principios de Nuremberg que rigen la conducta de los periodistas en la guerra, estaría en serios problemas. TVE ha tomado el testigo de esta campaña de blanqueamiento, que ni siquiera los canales privados que otrora defendían a los «terroristas moderados» se atreven a defender, entre otras cosas porque responde a la voluntad del actual gobierno, que a pesar de su retórica pacifista está metido hasta el tuétano en la guerra en Oriente Próximo.