Alemania ha prohibido al Partido Comunista (DKP) participar en las próximas elecciones federales de setiembre y también ha amenazado con impedirle funcionar como partido político (1).
La persecución de los comunistas tiene una larga tradición en Alemania. En 1919 asesinaron a Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht y Leo Jogiches. En 1933 los nazis inauguraron los campos de concentración con sus militantes. En 1956 volvieron a prohibir el Partido Comunista (KPD) y, luego, fueron depurados de la administración pública. Les impidieron ejercer la docencia y trabajar como empleados de correos.
Pero la caza de brujas continúa “por medios burocráticos”, como ha dicho su Presidente, Patrik Köbele. En marzo se reveló oficialmente que miembros del Partido Comunista eran vigilados por el espionaje alemán.
En 2004 el periódico de las juventudes “Junge Welt” fue clasificado como “extremista” por la oficina alemana de protección de la constitución, el servicio de seguridad intrior (2).
A partir de entonces, el periódico no se puede anunciar y sufre el boicot de las imprentas y los centros de distribución.
Una cadena de supermercados intentó prohibir su venta en el departamento de prensa apoyándose en el informe del espionaje. En las salas de lectura de las bibliotecas públicas aparece el mensaje “recurso no deseado” cuando se intenta acceder al sitio web.
El 12 de marzo publicaron una carta abierta en la que pedían a los grupos parlamentarios de todos los partidos representados en el Bundestag que respondieran a las siguientes preguntas: “¿Consideran que estas acciones de las autoridades federales contra el periódico son compatibles con la libertad de expresión y la libertad de prensa, garantizadas por la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania?, ¿Cree usted que es aceptable que un diario sea sometido a severas restricciones publicitarias simplemente porque a una autoridad no le gusta la opinión expresada en el periódico? ¿Qué medidas puede tomar su grupo parlamentario para defender el periódico?”
Sólo los Verdes y Die Linke respondieron; los demás guardaron silencio. Amira Mohamed Ali y Dietmar Bartsch, dirigentes de Die Linke en el Bundestag, emitieron una declaración: “La libertad de prensa no es sólo un derecho constitucional, sino que debe aplicarse en la práctica, y esto también se aplica a todos los periódicos”.
Los diputados de Die Linke presentaron una solicitud de investigación parlamentaria, firmada por 52 diputados, que se publicó en el sitio web del Bundestag. Se pregunta: “¿Es el análisis marxista inconstitucional? ¿Es lícito hablar de una sociedad de clases y hacer una crítica de principios al capitalismo en relación con la sociedad alemana? ¿Es admisible que un organismo gubernamental evalúe la posición política de un diario y, por tanto, influya en sus actividades?”
(1) http://www.solidnet.org/article/German-CP-Call-for-solidarity-German-Communist-Party-not-admitted-to-the-elections-and-will-be-deprived-of-its-status-as-a-political-party/
(2) https://gazeta-pravda.ru/issue/54-31114-27-maya-2021-goda/nezhelatelnyy-resurs/?sphrase_id=110383
Un saludo desde España y mi solidaridad con vuestra causa que es la misma.