África no comparte las obsesiones occidentales por Ucrania

El lunes la Asamblea General de la ONU votó una moción presentada por cuatro países, Ucrania, Canadá, Países Bajos y Guatemala, para que Ucrania reciba reparaciones de Rusia por los daños materiales y humanos causados por la guerra. La resolución no vinculante fue aprobada, pero sólo por una mayoría muy estrecha debido a la abstención de los países africanos, que reprocharon que la comunidad internacional tiene un doble rasero.

El resultado de la votación fue claro: 94 votos a favor, 14 en contra, 73 abstenciones, principalmente de países africanos, y el sí ganó por sólo siete votos. Malí y Eritrea, como era de esperar, votaron en contra del texto. Aunque los demás optaron por abstenerse, no se anduvieron con rodeos ante la Asamblea General.

Tras reafirmar el respeto a la integridad territorial de todos los Estados, Sudáfrica consideró que la ONU debería hacer más para dedicar el mismo tiempo a resolver todas las situaciones de conflicto que amenazan la paz y la seguridad internacionales.

También lamentó que para la ONU las reparaciones sean importantes en algunas situaciones pero no en otras. Los Estados miembros no deben aplicar un doble rasero.

La geometría variable también fue denunciada por Kenia, que fue más allá: “Si Ucrania tiene el derecho soberano de reclamar los daños y las pérdidas causadas por el actual conflicto, también lo tienen todos los pueblos y países que han pedido reparación por la violencia colonial, la esclavitud y otros actos de agresión”.

Todos los Estados miembros de la ONU deberían estar dispuestos a escuchar las peticiones de otros países para que rindan cuentas de las injusticias históricas, dijo el representante africano.

Sierra Leona estuvo de acuerdo: “La Asamblea General no es un órgano judicial y no puede establecer consecuencias legales; debe reconocer a todas las víctimas de las injusticias históricas, incluyendo el racismo, el colonialismo y la esclavitud. Las reparaciones se refieren tanto al pasado como al presente”.

Egipto también lamentó el doble rasero de algunos Estados y advirtió que “la Asamblea debe adoptar un enfoque coherente en el futuro sobre sus prácticas”.

Nigeria se distinguió de este enfoque, pero se abstuvo al pedir que todos los esfuerzos actuales se centraran en el logro de la paz en Ucrania.

La República Democrática del Congo no participó en la votación por considerar que la agresión en el este del país por parte del movimiento rebelde M23, apoyado por Ruanda, es también un ataque a la integridad territorial. Dijo estar consternado por el silencio de la comunidad internacional hacia la agresión.

Voto tras voto, África se libera de su antigua tutela. El Continente Negro está haciendo oír su propia voz en el concierto de las naciones, que no tiene nada que ver con la que tenemos que soportar en Europa a diario.

En los años ochenta Nicaragua fue víctima de una agresión militar y un intento de golpe de Estados Unidos. El caso fue denunciado ante el Tribunal Penal Internacional, que condenó a Estados Unidos por agresión a pagar una indemnización de 17.000 millones de dólares. Desde hace 40 años Estados Unidos se niega a pagar absolutamente nada y la ONU no le reprocha nada.

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