La guerra sicológica desde Twitter: una fábrica de consenso de los ejércitos imperialistas

Campañas de intoxicación, como la “huelga climática” del 27 de setiembre, serían impensables sin un control estricto de los mensajes que circulan por las redes sociales que han logrado crear un discurso homogéneo en todo el mundo, que ha alcanzado el grado de histeria colectiva. Un gran éxito, sin duda.

Mentiras, fraudes, manipulaciones, posverdad, “fakes news”… Los nuevos términos se suman a los más viejos para poner de manifiesto que, como decía Sun Tzu, la esencia de la guerra es el engaño. Los ejércitos imperialistas no sólo son la fuente de las noticias sino también el canal, que hoy no es un periódico, ni una radio, ni una televisión, sino grandes monopolios de las telecomunicaciones, como Twitter.

Las redes sociales son tentáculos de los ejércitos imperialistas. Un dirigente de Twitter, Gordon MacMillan, el editor en Oriente Medio, es a la vez miembro de la unidad de guerra sicológica del ejército británico.

MacMillan es capitán de la reserva en el ejército británico y trabajó durante varios años en la Brigada 77, una unidad creada en 2015 para desarrollar formas “no letales” de hacer la guerra. Hace seis años se unió a la oficina del Reino Unido de Twitter. Para tapar su rastro en la red, el 20 de septiembre Twitter eliminó un gran número de las cuentas que tenía.

La Brigada 77 es una granja de trolls que utiliza las redes sociales como Twitter, Instagram y Facebook, así como podcasts, análisis de datos e investigación de audiencia para llevar a cabo lo que el general Nick Carter, jefe del ejército británico, denomina la “guerra de la información” en la que están empeñadas tropas, soldados, aunque no siempre lleven uniforme.

Tiene  varias secciones. Una de ellas se centra en el estudio de los lectores: su composición, su demografía y los hábitos de las personas a las que quieren llegar. Otra se centra en  crear una “conciencia de actitudes y sentimientos” a partir de un gran conjunto de datos recopilados en los medios sociales. Otra está repleta de soldados que producen contenidos de vídeo y audio. En otras, equipos de especialistas en inteligencia analizan detenidamente la forma en que se reciben los mensajes y debaten las formas de hacerlos más eficaces.

La misión de la Brigada 77 es producir propaganda discreta en apoyo de las operaciones militares británicas. Una respuesta escrita del Ministerio de Defensa británico al Parlamento, publicada en marzo de 2015, admitió que la Brigada se creó “para apoyar, en colaboración con otras agencias gubernamentales, los esfuerzos para establecer la estabilidad en el extranjero y para ampliar la diplomacia de defensa y el compromiso en el extranjero. Esta es una misión mucho más política que militar”.

La respuesta al Parlamento continúa diciendo que la Brigada “dirige métodos de especial influencia, incluyendo el suministro de información sobre las actividades, el compromiso de los dirigentes clave, la seguridad operativa y el compromiso de los medios de comunicación”.

Nótese la expresión “métodos especiales de influencia”, sacada directamente de la novela de Orwell “1984”. La referencia a la “participación de los medios de comunicación” también es importante. ¿Desde cuándo el ejército británico tiene el papel de influir en los medios de comunicación?

La Brigada 77 tiene un carácter mixto, militar y civil. Cuenta con una plantilla de aproximadamente 440 personas dedicadas. Las unidades combinan soldados a tiempo completo y reservistas territoriales. La Brigada 77 recluta a sus reservistas entre los periodistas británicos y los profesionales de la publicidad y las relaciones públicas. No sólo son especialistas en informática y tecnología de la información, sino también profesionales de los medios de comunicación. Como resultado, la frontera entre los medios de comunicación militares y civiles ha desaparecido.

En noviembre del año pasado ya hablamos aquí de que el gobierno británico estaba dirigiendo a los medios en la campaña de intoxicación contra Rusia y mencionábamos a otra organización de manipulación, Integrity Initiative (Iniciativa de Integridad), de la que se han ido conociendo más detalles a lo largo del año trascurrido.

Integrity Initiative es una filial del Institute for Statecraft, dirigida por Christopher Nigel Donnelly, cuya función es “defender la democracia contra la desinformación”, lo que una vez traducido significa “fabricar y difundir información manipulada sobre una supuesta influencia de Rusia a través de periodistas en Europa y Estados Unidos”.

Ambos tinglados, Institute for Statecraft e Integrity Initiative, afirman ser organizaciones “no gubernamentales” e independientes, cuando en realidad están financiados por el gobierno británico, la OTAN y otros organismos públicos.


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