Bajo la presión de los medios de comunicación conocidos por ser cercanos al gobierno iraní, Emiratos Emiratos Árabes Unidos se ha negado a confirmar, de momento, que sea un sabotaje contra los buques.
¿Por qué este retraso? Unos dicen que porque en Emiratos Árabes Unidos hay un cierto movimiento de capitales que más bien parece una fuga hacia el exterior.
Otras fuentes apuntan a la caída de los índices bursátiles árabes en el Golfo Pérsico que, en algunos casos, han caído en torno al 7 por ciento. En Arabia saudí el índice Tadawul All-Share cayó un 1,8 por ciento hasta los 8.699 puntos, su nivel más bajo desde finales de marzo. El índice de Dubai cayó un 0,5 por ciento, impulsado por su principal prestamista, Emirates NBD, que perdió un 0,2 por ciento. El petróleo Brent ganó 1.27 dóalres al cierre del domingo, alcanzando los 71.89 dólares el barril.
Otros apuntan a que los países del Golfo Pérsico ya no forman un bloque sólido. La guerra ya no es en Sira ni en Libia sino a las puertas del Golfo. En Emiratos Árabes Unidos están preocupados por la seguridad regional, mientras que el ministro saudí de Energía denuncia los “actos de sabotaje” contra dos petroleros saudíes en la zona económica exclusiva de Emiratos Árabes Unidos y afirma que la carga de uno de los petroleros estaba destinada a la filial “americana” de ARAMCO. Egipto, Jordania, Bahrein, también han adoptado el mismo discurso, aludiendo a ls preocupaciones por la seguridad y a la necesidad de garantizar que se preserve.
Las explosiones que sacudieron Fujairah y que Irán ha calificado de “preocupantes” y dignas de ser objeto de “una investigación exhaustiva”, están rodeadas de algunas zonas grises. ¿Cómo es posible que se puedan producir explosiones de este tipo sin que los militares estadounidenses y franceses, ampliamente presentes en sus bases emiratíes, sospechen algo?, ¿cómo es posible que, en medio de la guerra contra Yemen y por lo tanto militarmente alerta, el ejército emiratí no actuara contra el autor o los autores del incidente?
Hay otras ambigüedades. Según la versión emiratí, aunque los cuatro petroleros se incendiaron, no se produjeron bajas o pérdidas. Sin embargo, los expertos dicen que este tipo de incidentes no podrían ocurrir sin daños a menos que los buques cisterna fueran evacuados previamente.
También está la reacción particularmente paradójica de los emiratíes, que está aliada a la negación, en las primeras horas después de las explosiones, de las suposiciones más calibradas hechas en la tarde del incidente. Luego vino la versión saudí, que se refiere a un «ataque» que no causó víctimas, sino que apuntó a un «petróleo destinado a Estados Unidos».
Un buen indicativo de la situación real es que el gobierno español puso una fragata de la Marina a escoltar al portaaviones que
el Pentágono había enviado al Golfo y
ahora la ha retirado porque el asunto huele peor de lo que parecía en un primer momento.
Las explosiones de Fujairah se producen sólo diez días después de un mensaje incendiario de John Bolton, en el que amenazaba a “Irán y a sus representantes” con ataques militares directos si Estados Unidos y sus aliados en la región se convierten en un objetivo militar.
Durante las últimas 24 horas, los únicos que han acusado implícitamente a Irán de estar detrás de las explosiones de Fujairah han sido los israelíes, cuya prensa ha estado husmeando con la hipótesis de lanzamientos de misiles, minas marinas o explosivos adheridos a edificios por los buzos de la Guardia Revolucionaria iraní.
El incidente del USS Liberty llevado a cabo por el ejército israelí el 8 de junio de 1967 en aguas internacionales frente a la Península del Sinaí durante la Guerra de los Seis Días, que tuvo como objetivo el buque de investigación técnica del USS Liberty de la Armada estadounidense, es conocido. Egipto fue acusado del ataque. La convergencia total entre el discurso saudí-emiratí, por un lado, y la retórica de incitación israelí, por otro, sugiere una nueva operación de falsa bandera firmada por Israel, Emiratos Árabes Unidos y Arabia saudí, puesta bajo los auspicios de Bolton.
Queda por ver si el gobierno de Trump está preparado para ir hasta el final y abrir las puertas del infierno…