Ya nada es lo que era

Bianchi

Ya ni siquiera los catalanes responden a la etiqueta y sambenito que arrostran y les colgaron de gente amante del dinero, como mediterráneos ergo cuasisemitas, concretado en el marchamo «la pela es la pela», y van y renuncian, según les restriegan por los morros cavernarios trabucaires y ultramontanos a los 500 millones que supone dejarían en caja la organización-inversión del Mobile World Congress en Barcelona, contraviniendo la leyenda y el mito que dice que son avaros tartufos. Les juzgan por el tópico y por un anticientífico -o, mejor dicho, antipositivista- romanticismo finisecular que «encuentra» el «alma» de las naciones auscultando el carácter y temperamento de una decena de nativos indígenas, y resulta que son ellos, los desprendidos, los que no piensan en otra cosa -como acomplejados- que en la pela. Parecen decepcionados al comprobar que hay burgueses -como lo son ellos sólo que actuando como lumpenburgueses de bajísima estofa- que no renuncian, de momento, ya sabemos que todo se andará, a enarbolar banderas libertinas por cuatro peniques.

– Pero, ¿no eran estos «polacos» los que venden a su madre por cuatro centavos y los principios por tres rupias? Encima tienen llenos los hoteles.

No ignoramos que, como decía Stalin (uyy qué miedo), la patria de la burguesía es el bolsillo, y la burguesía catalana, que dirige el procès, no es una excepción -y ya da muestras de sus vacilaciones y requiebros-, pero al menos, de momento, aguanta el tipo y rompe clichés. Hay que reconocerlo cuando se la han pasado buscándoles las cosquillas recordándoles a diario las empresas que trasladan su domicilio social (y sólo eso, pues trabajadores y edificios no pueden materialmente) a otros lugares por su «locura independentista», o sea, metiendo miedo y amenazando que es lo único que saben hacer los fascistas. Hasta la semoviente y sinuosa regidora del consistorio barcelonés, Ada Colau, se le ha subido a las barbas al rey Borbón deturpándole su declaración de guerra anticatalán en su discursito -por lo breve- del 3 de octubre respondiendo el monarca digitalizado que está en Barcelona «¡para defender la Constitución!» ¡Un Borbón defendiendo una Constitución: vivir para ver, amigos! Si el tarraconense de Reus (de la Alta Tabarnia diría el bufón Boadella) levantara la cabeza…

Bona nit.

comentario

  1. El "tarraconense de Reus" al que se alude es el General Prim que dijera que en España habría reyes,pero "¡jamás un Borbón!"
    B.

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