– Pero, ¿no eran estos «polacos» los que venden a su madre por cuatro centavos y los principios por tres rupias? Encima tienen llenos los hoteles.
No ignoramos que, como decía Stalin (uyy qué miedo), la patria de la burguesía es el bolsillo, y la burguesía catalana, que dirige el procès, no es una excepción -y ya da muestras de sus vacilaciones y requiebros-, pero al menos, de momento, aguanta el tipo y rompe clichés. Hay que reconocerlo cuando se la han pasado buscándoles las cosquillas recordándoles a diario las empresas que trasladan su domicilio social (y sólo eso, pues trabajadores y edificios no pueden materialmente) a otros lugares por su «locura independentista», o sea, metiendo miedo y amenazando que es lo único que saben hacer los fascistas. Hasta la semoviente y sinuosa regidora del consistorio barcelonés, Ada Colau, se le ha subido a las barbas al rey Borbón deturpándole su declaración de guerra anticatalán en su discursito -por lo breve- del 3 de octubre respondiendo el monarca digitalizado que está en Barcelona «¡para defender la Constitución!» ¡Un Borbón defendiendo una Constitución: vivir para ver, amigos! Si el tarraconense de Reus (de la Alta Tabarnia diría el bufón Boadella) levantara la cabeza…
Bona nit.
El "tarraconense de Reus" al que se alude es el General Prim que dijera que en España habría reyes,pero "¡jamás un Borbón!"
B.