Pero en el recinto habrá, además, una tercera fuerza de choque: más de un centenar de inscritos que se dedicarán a labores de vigilancia y control, a los que califican de una manera carcelaria como “voluntarios de respeto”.
Por fin, hay que consignar a una cuarta brigada: en los accesos al recinto habrá un despliegue de perros amaestrados para supervisar las pertenencias de los asistentes.
El Ministerio del Interior ha aceptado enviar a sus tropas para impedir desmanes, pero se opone a que permanezcan dentro del recinto porque esa labor corresponde a los pistoleros de la seguridad privada que han contratado para la ocasión, más los de la empresa que gestiona el recinto taurino.
Aunque el festival ha sido declarado como un acontecimiento “de alto riesgo”, al recinto sólo entrarán los escoltas de la policía que realizan habitualmente esa labor para los caciques de Podemos. Sin embargo, en el interior habrá un despliegue discreto de policías de paisano que velarán por la seguridad de los asistentes, aunque no sabemos si se trata de efectivos de la Policía Municipal, de la Policía Nacional, de la Legión o de la Brigada Paracaidista.
Está prevista la asistencia de más de 10.000 personas. La entrada estará limitada mediante un sistema de doble acreditación. Será necesario exhibir una credencial de colgante y una pulsera para poder entrar al Congreso. El domingo entregarán una credencial y una pulsera diferentes porque creen que hay un riesgo de sobreaforo.
No consta que inscritos de postín, como el general de la OTAN José Julio Rodríguez, vayan a participar en el festejo. Tampoco se ha confirmado la presencia del pistolero fascista Sáenz de Ynestrillas, que también apoya a Podemos junto con su “izquierda falangista”.