Las previsiones indican que en Europa este invierno será el más frío de la década y morirán unas 147.000 personas más que el promedio de años anteriores comprendidos entre 2015 y 2019. Si el invierno es crudo, como parece, la cifra podría llegar a los 187.000 muertos más que en los años anteriores (1).
El exceso de mortalidad se producirá aunque no haya cortes en el suministro eléctrico porque hemos entrado en el invierno de la “pobreza energética”. Muchos europeos no tienen calefacción o no pueden pagarla. La explosión de los precios de la energía, a raíz de las sanciones contra Rusia, llevarán a cientos de millones de europeos a restringir su consumo de energía, especialmente de calefacción.
Los países del sur de Europa no padecen olas de frío tan intensas como los del norte y el centro, pero son más sensibles a los inviernos duros porque sus edificios están peor aislados y calefactados. En Portugal muere un 36 por cien más de personas en invierno que en verano, mientras que en Finlandia la cifra es de sólo del 13 por cien.
Un informe de la OMS, redactado por Janet Rudge, estima que el exceso de mortalidad en invierno debido a la insuficiencia de calefacción es de alrededor del 30 por cien.
En Reino Unido 35 millones de personas en 13 millones de hogares, casi la mitad de la población, están en situación de “pobreza energética”. En diciembre de 2018 calcularon en 17.000 el número muertos de frío.
En agosto el antiguo Primer Ministro británico, Gordon Brown, escribió: “En mi condado natal, Fife, veo escenas que recuerdan a lo que leí sobre la hambruna de los años 30: niños que van a la escuela mal vestidos y desnutridos, pensionistas que tienen que elegir entre comer o pagar la factura de la luz, enfermeras que tienen que dejar la cabecera de sus pacientes tras largos y agotadores turnos de noche para hacer cola en su propio banco de alimentos. Las organizaciones benéficas locales se abastecen de mantas, edredones, sacos de dormir y bolsas de agua caliente mientras se preparan para el peor invierno que se recuerda. Las iglesias me dicen que ofrecerán sus salas calientes como centros de calefacción y los médicos preguntan cómo pueden utilizar los bonos sociales para ayudar a los niños desnutridos y evitar que los pensionistas se congelen” (2).
(1) https://www.economist.com/interactive/graphic-detail/2022/11/26/high-fuel-prices-could-kill-more-europeans-than-fighting-in-ukraine-has
(2) https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/aug/06/fuel-poverty-is-creating-a-left-out-generation-that-will-never-recover-from-the-scars
O sea que en Gran Bretaña también hubo una hambruna en los años 1930-35.
Pero de la única que hablan es de la de la de Stalin, que mató a ni se sabe cuantos millones de ucranios.