Aparte de los préstamos hipotecarios, hay otros 9 millones con préstamos estudiantiles que no se han pagado por lo menos en nueve meses.
7 millones de estadounidenses llevan 90 días atrasados en el pago de sus préstamos para comprar vehículos.
El sistema de protección de la salud pública en Estados Unidos es casi inexistente y muchos se han endeudado para poder pagar la atención médica.
En total, la deuda total de los estadounidenses aumentó en 600.000 millones de dólares en el cuarto trimestre del año pasado en comparación con el anterior, es decir, que ha crecido un 4,4 por ciento. La deuda total de los hogares es ahora un 26,8 por ciento más alta que en el segundo trimestre de 2013.
Alrededor del 12 por ciento de los préstamos al consumidor contraídos en línea habían quedado impagados el 9 de abril. Los deudores se han saltado un pago o han negociado una prórroga de la fecha de vencimiento. En tres semanas los préstamos dudosos casi se han duplicado y suman 3.000 millones de dólares.
La gran mayoría de los estadounidenses viven a crédito y ahora el paro les impide pagar las deudas. Por lo tanto, el aumento del paro conduce a una crisis financiera.
Es una situación muy diferente a la de 2008. La crisis anterior estaba vinculada a la acumulación de activos tóxicos.
Ahora los bancos se tientan la ropa. JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos en términos de activos, se prepara para la calamidad. Bank of America, Citigroup y Wells Fargo también han acumulado reservas de crédito por un total de unos 20.000 millones de dólares.
Se lo piensan dos veces antes de conceder préstamos, lo que será bueno para ellos pero muy malo para reactivar la maquinaria productiva.