El 13 de septiembre una niña italiana de 14 años, Majda El Azrak, murió después de recibir la segunda dosis de la vacuna de Pfizer. Falleció en la unidad de cuidados intensivos del hospital pediátrico de Bari tras permanecer 26 días en coma.
Los médicos aseguran que murió de meningitis, pero el fiscal de Lecce ha abierto una investigación contra tres de ellos, a los que acusa de homicidio involuntario.
El juez ha ordenado la realización de una autopsia, que se realizará el 27 de octubre en el Policlínico de Bari, nombrando a tres profesores domiciliados en el Instituto de Medicina Legal como consultores.
Sus padres han puesto una denuncia en los juzgados. La joven comenzó a sentirse mal el 17 de agosto después de recibir la segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer en Salento, donde vivía con su familia.
Dos días después de la última inyección, Majda fue hospitalizada en Tricase (Lecce) donde, tras dos TAC con contraste, en los se observó un tumor, perdió el conocimiento y fue trasladada, en código rojo, al hospital pediátrico de Bari, donde permaneció 26 días en coma.
Según los médicos del hospital de Bari, se trató de una forma de meningitis mortal.
El médico que administró la segunda dosis de la vacuna y los dos médicos que, en la mañana del 19 de agosto, sometieron a la niña a exámenes de rayos X en el hospital Cardenal Panìco de Tricase, figuran como sospechosos.
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