Umaro Sissoco Embaló, de 53 años, era el Presidente en ejercicio que buscaba la reelección. Ex militar, con el rango de general de brigada, llegó al poder en 2020 tras unas elecciones controvertidas. Su partido político es el MADEM G-15, que forma parte de la coalición «Plataforma Republicana ‘No Cumpu Guiné'».
En diciembre de 2023, disolvió el parlamento tras lo que describió como un intento de golpe de Estado, gobernando desde entonces por decreto y sin una legislatura en funciones. Sus críticos lo han acusado de fabricar crisis para reprimir a la oposición y concentrar poder. Además, hubo una gran polémica sobre la fecha de finalización de su mandato, que la oposición situaba en febrero o septiembre de 2024, aunque él insistió en mantenerse en el cargo hasta las elecciones de noviembre de 2025.
En febrero de 2024, durante una visita a Moscú, se reunió con Vladimir Putin y se refirió a Rusia como un «socio fiable» para Guinea-Bissau. En ese encuentro, también agradeció a Putin el aumento de las cuotas para que militares y estudiantes guineanos se formen en Rusia. Respecto a Portugal, la antigua potencia colonial, ha habido un cada vez mayor distanciamiento y señalamiento por el intervencionismo que la política exterior lusa viene haciendo desde la independencia en 1974. De hecho, en agosto de este año decretó la expulsión de medios de comunicación portugueses (RTP África, RDP África, agencia LUSA) antes de las elecciones, denunciando la injerencia de éstos en el proceso electoral.
Los golpistas se han presentado como una junta militar que busca restaurar el orden, aunque sus motivaciones específicas no están del todo claras. El portavoz y líder visible del golpe es el Brigadier General Dinis Incanha (también transcrito como N’Tchama), quien era el Jefe del Gabinete Militar de la Presidencia.
En su declaración, afirmó que el golpe era una respuesta al «descubrimiento de un plan en marcha» orquestado por políticos y un «conocido capo de la droga» para desestabilizar el país mediante el intento de «manipular los resultados electorales». Los militares han anunciado la formación del «Alto Mando Militar para la Restauración de la Seguridad Nacional y el Orden Público», que asume todos los poderes del Estado de manera temporal
El perfil ideológico concreto de los golpistas no está explícitamente detallado en los anuncios realizados. Su discurso se centra en la necesidad de restaurar la seguridad y el orden público, y en denunciar la manipulación electoral y el narcotráfico
Cuando estallaron los tiroteos, el bando de Embaló acusó a seguidores de Dias de atacar la comisión electoral. Mientras, la oposición y algunos sectores de la sociedad civil sugirieron que Embaló podría estar simulando un autogolpe para evitar una derrota electoral.
Fernando Dias da Costa, líder opositor que tenía el apoyo del histórico Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC) se presentaba como un candidato de consenso nacional, respaldado por una amplia coalición de partidos de oposición dentro de Guinea-Bissau, y prometía lo que venían prometiendo todos sus antecesores: «reconciliación», «lucha contra la corrupción» y consignas que la población guineana ya veía con escepticismo.
El golpe no viene en un momento cualquiera. El marco de influencia liderado por las potencias occidentales en África Occidental se encuentra en retroceso, lo que limita su capacidad de acción e influencia directa en países como Guinea-Bissau. De hecho, era la primera vez que periodistas de la antigua metrópoli eran expulsados con palabras tan gruesas, y que sin duda muestra que hay cansancio por una tutela post colonial que para la juventud guineana se está haciendo demasiado larga.
La Comunidad de Estados del África Occidental, un organismo títere de la política exterior francesa, ha condenado la asonada y ha suspendido al país como Estado miembro, pero sin que el gobierno anterior sea restituido.