Mahmud Ghazi, de 24 años de edad, dice que se unió al grupo en la ciudad turca de Adiyaman. Junto con otros reclutas, fue llevado a la frontera con Siria, donde recibió entrenamiento terrorista.
Después de haber tomado parte en la agresión imperialista contra Siria, fue capturado por las fuerzas kurdas en junio pasado y ahora está preso.
Durante una entrevista con la agencia Sputnik el mercenario del Califato Islámico revela detalles sobre los supuestos vínculos del contrabando de petróleo entre Turquía y el grupo terrorista.
“En el campo de entrenamiento de mayo 2015, nuestro comandante nos dijo que el grupo vende combustible a Turquía. Que los ingresos cubre los costos del Califato Islámico. Los camiones petroleros que cruzan a Turquía cada día transportan petróleo crudo, así como gasolina”, dijo Ghazi.
Según Ghazi, el petróleo se vende a través de varios empresarios y comerciantes, aunque sus nombres no fueron revelados. “El Califato Islámico también recibe una gran cantidad de suministros procedentes de Turquía y los países árabes”, dijo el mercenario capturado.
El petróleo crudo extraído por Califato Islámico en Siria se vende por tan solo 25 dólares el barril para los contrabandistas, comerciantes sirios e iraquíes independientes que transportan petróleo utilizando sus propios camiones.
El petróleo también podría ser vendido a las refinerías cercanas que producen la gasolina y el fuel oil, o directamente al mercado del petróleo local. Sin embargo, la capacidad de los compradores locales es limitada, por lo que el contrabando de petróleo a Turquía y otros países es más rentable.
Más de la mitad del dinero de Califato Islámico procede de la venta de petróleo. Las estimaciones oscilan entre 40 y 50 millones de dólares al mes por la venta de crudo.