Un ataque a toda la clase trabajadora: el encarcelamiento de las 6 de La Suiza

Desde el pasado jueves 11 de julio de 2025, las Seis de la Suiza se han sumado a la larga lista de presos políticos del Estado español. Han ingresado en la prisión de Villabona para cumplir la pena de 3 años y medio de prisión por luchar por sus derechos laborales.

Este encarcelamiento supone un ataque contra toda la clase obrera que se organiza y lucha por sus derechos. Por desgracia, no es un hecho aislado ni un “fallo de la democracia” como manifiestan algunos. Es una demostración más de la caracterización del Estado español, que no rompió jamás con el fascismo y que se perpetuó en el poder tras la falsa Transición. Justamente ahora que el Régimen trata de blanquearse con los “50 años de libertad” tras la muerte de Franco, siguen encarcelando a sindicalistas, comunistas, anarquistas, demócratas y antifascistas en general. ¡Lo vienen haciendo desde hace 86 años!

Tampoco es ninguna casualidad que este encarcelamiento se dé justamente ahora que hay un auge tímido de la lucha obrera en varios puntos del Estado.

Nosotros, como organizaciones antirrepresivas, condenamos este encarcelamiento y nos solidarizamos y mandamos todo el apoyo a las compañeras encarceladas. No obstante, precisamente por ser organizaciones antirrepresivas, creemos que es nuestro deber exponer la postura que tenemos respecto a los indultos y que proponemos en contraposición, que no es sino la lucha unitaria por la amnistía total.

Vaya por delante que entendemos que puede haber cuestiones familiares de los represaliados que les puedan condicionar a tomar según qué decisiones. No obstante, sí es importante tener claro qué implicaciones tiene una opción u otra para el conjunto del movimiento. Porque, por suerte o por desgracia, las decisiones que toman los represaliados en este sentido, aunque en lo personal podemos entenderlo, en lo político tienen implicaciones que exceden de las cuestiones particulares de cada caso y afectan al conjunto del movimiento.

El indulto: una salida individual

Dicho esto, vamos a ir entrando en materia. Y para ello, hay que empezar por conceptualizar bien qué es el indulto. El indulto es una medida de “gracia” que el Estado puede otorgar a cualquier condenado, sea por el delito que sea. Que sea una medida de gracia implica que queda a voluntad del Consejo de Ministros y el Ministerio de Justicia, quienes deben proponerlo al Rey, que es quien lo concede. Es simplemente una mera suspensión del cumplimiento de la condena. Los antecedentes se mantienen y la necesidad de pagar las multas o indemnización, también.

El indulto se considera literalmente un perdón que el Estado puede conceder en determinados casos. Para ello, deben darse una serie de requisitos. Entre ellos están el arrepentimiento del delito cometido y el pago de la indemnización a la “víctima”. Si traspasamos estos requisitos al caso concreto vemos la barbaridad que supone. ¿Tienen Las 6 de la Suiza que arrepentirse haber luchado por sus derechos laborales?¿Deben mostrar que la próxima vez que vayan a recibir cualquier tipo de abuso por parte de sus jefes agacharán la cabeza y no se quejarán? Todo ello por no hablar de los miles de euros que han tenido que pagar ellos a la empresa, en concepto de “reparación del daño”. Los empresarios que explotan hasta la saciedad a los trabajadores y el Régimen, que está organizado para defender sus intereses son los que tendrían que pedir perdón. ¡Ellos son los únicos que tienen que reparar el daño que están causando!

Por último, no podemos perder de vista que los indultos suponen una salida individual a un problema que es colectivo: la represión estructural que ejerce el Régimen sobre las masas populares. Tal vez sea posible conseguir un indulto para este o aquel caso, ¿pero qué pasa con el resto? ¿Qué pasa con los presos políticos que siguen en las cárceles? ¿A caso unos merecen más que otros que se cese la represión que el Estado ejerce contra ellos?

Por todos estos elementos sobre los que se configura el indulto, consideramos que es una humillación, no solo para el represaliado en general, sino para el conjunto del movimiento político.

Luchemos por la amnistía total

En contraposición con el indulto, que como hemos dicho, implica una salida individual y está condicionada al arrepentimiento, la Amnistía es todo lo contrario. La Amnistía supone la eliminación del delito y de la pena. Y lo más importante: no implica perdón, ni arrepentimiento, ni afecta solo a una persona o un grupo de ellas. La Amnistía Total supone el reconocimiento de que los procesos judiciales abiertos contra los luchadores antifascistas (que en muchos casos los llevaron a la cárcel) nunca debieron iniciarse, por lo que se anulan por completo. Es una exigencia colectiva que parte de la conciencia de que la represión no es un hecho aislado, sino parte estructural del Estado que criminaliza cualquier forma de disidencia.

La Amnistía Total, por tanto, no es una consigna simbólica. Es un programa político de confrontación con este régimen, que parte del principio de que luchar por nuestros derechos no debería ser delito y que nadie debe pedir perdón por organizarse contra la explotación. Por ello, la lucha por la Amnistía no se limita a una cuestión simplemente antirrepresiva, sino que lleva inherente la lucha por la obtención de los derechos políticos y sindicales que se nos niega de forma sistemática. Por ello, implica también la derogación de todas las causas pendientes, la anulación de las condenas ya impuestas, el cierre de expedientes policiales y judiciales, y la restitución del honor y los derechos de los represaliados.

Este camino no será corto ni fácil, precisamente porque ataca a la raíz del problema y dar una solución general a un problema que también lo es.

La Amnistía Total no nos la regalarán los que hoy gobiernan ni los que gobiernen mañana, porque todos ellos, más allá de los discursos, necesitan un aparato represivo que garantice que las condiciones de explotación sigan intactas. Por eso, la lucha por la Amnistía Total debe ir de la mano con el fortalecimiento de un movimiento obrero y popular que no se deje dividir, que no se conforme con salidas individuales y que no se arrodille ante la represión. Porque la represión solo se combate con unidad, firmeza y organización.

¡Luchemos por la amnistía total!
¡Libertad presos políticos!

Plataformas Antirrepresivas de Barcelona y Lleida


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