La foto se tomó en 1941 en la iglesia de San Jura, en Lvov, la principal iglesia uniata ucraniana. Las consignas de la misma son: “¡Heil Hitler!, ¡Viva Bandera, ¡Viva el Estado independiente ucraniano!, ¡Viva nuestro Führer Stepan Bandera!”
Para preparar su ataque a la Unión Soviética, los nazis reclutaron a los miembros de la OUN de Bandera para actuar como policías enrolados en dos batallones represivos. Bandera quería una Ucrania “independiente” sometida el III Reich.
Cuando en junio de 1941 Alemania invadió la Unión Soviética, se apoderó de Lvov y los miembros de la OUN de Bandera publicaron una declaración de independencia en su nombre. Prometieron colaborar con los ocupantes, lo que cumplieron iniciando una redada que costó la vida a 4.000 judíos de Lvov sólo en los primeros días. En total en Ucrania murieron un millón y medio de judíos.
También asesinaron a miles de polacos que vivían en Ucrania para que abandonaran el país. Ucrania debía quedar reservada sólo para los ucranianos.
Pero los nazis querían Ucrania para sí. Detuvieron a Bandera y sólo lo liberaron en 1944 para que les ayudara a defenderse del avance soviético.
Tras la guerra, Bandera se instaló en Munich. La inteligencia británica le utilizó para infiltrar agentes en Ucrania y recopilar inteligencia para ayudar a la clandestinidad ucraniana contra los soviets. La CIA usó a algunos de los antiguos colaboradores de Bandera para la misma labor.
En 1959 Bandera ayudó al BND, espionaje alemán que dirigía el antiguo general nazi Reinhard Gehlen, a infiltrar espías dentro de la Unión Soviética. Gehlen había dirigido la inteligencia nazi en la Unión Soviética durante la guerra.
El KGB ejecutó a Bandera en Múnich en 1959.
Tras el desmantelamiento de la URSS, en 2010 el presidente ucraniano Viktor Yushchenko le nombró “Héroe de Ucrania” a título póstumo. Poco después el gobierno de Yanukóvich le retiró dicho nombramiento.