En realidad Turquía no ha hecho más que cambiar el nombre al operatvo militar. El martes en una entrevista concedida a la cadena de televisión turca NTV, Erdogan afirmó que las siguientes fases de aquella Operación no se limitarán a Siria sino que incluirán también a Irak.
Tras la Operación Escudo del Éufrates vendrá el Escudo del Tigris, afirma el periódico turco Yeni Safak. La nueva expedición militar llegará tras el referéndum constitucional previsto para el 16 de abril.
El objetivo es el desmantelamiento de las bases del PKK en las montañas de Qandil. Los planes del periódico son bastante precisos y afectan a nueve campamentos kurdos.
El ejército turco ya está desplegado en Bashiqa, en el Kurdistán irakí, por lo que dichas fuerzas serían reforzadas con nuevas unidades capaces de cortar las vías de comunicación entre Sinjar y Qandil, donde tiene su sede el Estado Mayor del PKK.
La operación permitiría aislar a la dirección de las regiones controladas por el PYD en Kobane y otras zonas del norte de Siria.
Los planes turcos no son ninguna novedad, ya que se iniciaron con la excusa de expulsar al Califato Islámico de Mosul, lo que suscitó ruidosas protestas por parte del gobierno central de Bagdad.
De momento la concentración de fuerzas es evidente en las proximidades de la frontera entre ambos países y es posible que la noticia de Yeni Safak no sea más que globo sonda para comprobar la reacción de Bagdad.
Turquía mantiene con el gobierno irakí un acuerdo para desmantelar la base de Bashiqa, donde el ejército turco entrena a fuerzas de voluntarios para “proteger a la población turcomana”.