Trump cierra la puerta a los planes de Israel contra Irán

Trump y Netanyahu hablaron los días 4 y 5 de febrero en Washington sobre la situación en Oriente Medio. Al margen de las discusiones se abordó la manera de acabar con el programa nuclear de Irán.

Hay diferencias entre ambas partes en cuanto a la estrategia a seguir con Irán. Trump quiere un acuerdo, mientras Israel cree que el gobierno de Teherán está débil y, por lo tanto, que se le abre una oportunidad única para neutralizar, o al menos retrasar, el programa nuclear iraní.

En Tel Aviv consideran que Irán atraviesa un período particularmente delicado. Desde el 7 de octubre ha sufrido fuertes reveses estratégicas: la guerra en la Franja de Gaza, la ofensiva israelí contra Hezbollah y la caída del gobierno de Bashar Al Assad en Siria.

Israel da por perdidos a los que consideraba como meros pivotes de Irán, lo que habría socavado su capacidad disuasoria.

Aunque desde la Revolución de 1979 las relaciones entre Israel e Irán siempre han sido pésimas, el año pasado se produjo una escalada sin precedentes, con los primeros choques directos entre ambos Estados. Los sucesivos ataques y represalias culminaron en octubre con ataques israelíes contra emplazamientos iraníes de misiles y defensa aérea. Israel cree que esos ataques también han reducido la fuerza militar de Teherán.

Además, a diferencia de Biden, Trump ha autorizado la entrega de bombas MK-84, reforzando así la ventaja militar de Israel. Sin embargo, al mismo tiempo, Trump quiere evitar una guerra regional en Oriente Medio. Necesita apagar los fuegos en el exterior para concentrarse en sus problemas internos, que son muchos y muy graves.

El contexto político no se presta a una escalada militar en Oriente Medio. Trump negocia sobre Ucrania con Moscú, que el mes pasado firmó una alianza estratégica con Irán.

Esas negociaciones se llevan a cabo bajo la batuta de Arabia saudí, que necesita estabilidad en el Golfo Pérsico para garantizar sus exportaciones de hidrocarburos, especialmente a China, así como para llevar a cabo sus ambiciosos proyectos económicos y turísticos.

Además, Trump necesita el apoyo saudí para reconstruir Gaza.

Pero el acuerdo sobre la energía nuclear con Irán sigue estando encima de la mesa, como una pesada losa. Como es natural, el presidente iraní Massoud Pezeshkian afirma que Irán no está tratando de adquirir armas nucleares.

Pero la experiencia al respecto es muy negativa. Claudicar ante Estados Unidos nunca es un buen consejo. En 2003 también Gadafi renunció al desarrollo de su programa nuclear a cambio de la normalización de relaciones con Occidente. Ocho años después fue derrocado por esos mismos occodentales.

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies

Descubre más desde mpr21

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo