Como afirmamos ayer, la guerra entre Estados Unidos e Irán no es tan dramática como parece a simple vista. Ni uno ni otro quieren medir sus espadas. Estados Unidos llevó a cabo un simulacro de bombardeo, sin alcanzar las instalaciones subterráneas iraníes e Irán ha respondido de la misma manera.
La diferencia es que los medios informan de ambas acciones de diferentes manera: Estados Unidos llevó a cabo un ataque devastador, mientras que la respuesta de Irán ayer por la noche ha sido mínima. Trump llegó incluso a “agradece a Irán” que advirtiera de antemano del ataque para evitar víctimas e incluso anunció un alto el fuego entre Israel e Irán.
La situación en Oriente Medio es una montaña rusa. Ayer el mundo creía avanzar hacia una guerra a gran escala, hasta que Trump anunció un alto el fuego entre Israel e Irán.
La televisión iraní anunció el lanzamiento de la Operación Besharaat-e Fath contra una base militar que Estados Unidos tiene en Qatar y otra en Irak. En Qatar, sin embargo, no se lamentaron víctimas porque, como aseguró la televisión qatarí Al Jazira, Irán advirtió previamente a Doha para reducir al mínimo el número de daños.
Todo parece muy medido, muy controlado. Teherán asegura haber disparado un total de 14 misiles, un número parecido al que impactó contra sus instalaciones militares el domingo.
La base de Al Assad en Irak ya había sido blanco de la Guardia Revolucionaria poco después de que Trump ordenara asesinar a Qassem Soleimani, el dirigente de la Guardia Revolucionaria iraní, en enero de 2020. Entonces los misiles Fateh, con un alcance de 500 kilómetros, no causaron víctimas ya que Washington había sido advertido con antelación de manera directa.
La base de Al Assad es la segunda más grande de Estados Unidos en Irak. Su instalación fue posible gracias a la invasión militar de 2003 que acabó con Saddam Hussein.
La base de Al Udeid en Qatar se ha utilizado para la mayoría de las operaciones militares en Oriente Medio desde el 11 de septiembre de 2001, tanto en Afganistán, como en Irak y Siria. Aloja a más de 10.000 soldados estadounidenses, pero también unidades británicas y francesas.
Tras los ataques, la Casa Blanca hizo el paripé. Trump se reunió en el despacho oval para evaluar el impacto de los misiles y calificó la respuesta iraní de “muy débil”, reconociendo que habían sido advertidos de antemano.
Arabia Saudí reaccionó a primera hora de la tarde afirmando que la agresión de Irán contra Qatar era “injustificable”. Emiratos Árabes Unidos también condenaron el ataque contra Qatar, que se describe como una violación grave de la soberanía del país del Golfo.
Pero los bombardeos no agotan la respuesta de Irán. El gobierno planea suspender su cooperación con la OIEA, la Organización Internacional de la Energía Atómica, dijo ayer el presidente del Parlamento iraní, Mohammad Bagher Ghalibaf. “Estamos tratando de aprobar un proyecto de ley para suspender la cooperación de Irán con la OIEA”, comentó, al tiempo que criticó la falta de imparcialidad de la OIEA.
Por su parte, el director del organismo pidió el acceso a los sitios nucleares iraníes para establecer lo que ocurrió con el arsenal de uranio después de los bombardeos estadounidenses.
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