‘Todos los musulmanes no son terroristas, pero todos los terroristas son musulmanes’

Brian Kilmeade, un periodista de la cadena Fox News, resumía así la consigna que el imperialismo quiere transmitir, la que se va a quedar grabada a sangre y fuego para siempre en la conciencia de millones de personas por todo el mundo.
No obstante, según Europol el porcentaje de ataques cometidos por fundamentalistas islámicos en Europa en los cinco últimos años no llega ni al dos por ciento del total. La pregunta es evidente: si eso es cierto, ¿por qué a los atentados salafistas se les concede un relieve tan enorme?
Europol califica de terroristas a 152 delitos cometidos en Europa en 2013, de los que sólo dos los considera cometidos por «consideraciones religiosas», mientras que 84 tienen su origen en reivindicaciones independentistas.
En diciembre de 2013 el FLNC corso lanzó varios ataques con bombas contra comisarías de policía en dos ciudades francesas simultáneamente.
También a finales del mismo año, en Grecia los militantes de las Fuerzas Revolucionarias Populares mataron a dos miembros de la organización fascista Amanecer Dorado.
En Italia el grupo anarquista FAI desató numerosos ataques, entre ellos el envío de un paquete bomba a un periodista.
En el informe destaca un elemento singular que caracteriza a la represión política en la actualidad en toda Europa: hay un escaso número de víctimas (7), e incluso de acciones armadas (152), frente a un gran número de detenidos (535). La represión no se justifica por un incremento de la lucha armada, sino al revés: la represión aumenta mientras la lucha armada retrocede.
A pesar de ello, el imperialismo ha sembrado el pánico, desatando una alarma que no tiene ningún fundamento. Hay menos atentados que nunca y, sin embargo, parece todo lo contrario.
Se trata de justificar las nuevas medidas represivas y la imposición de un estado de guerra larvado. Para acabar con el terrorismo el imperialismo desvía la atención hablando de las distintas maneras de frenar al fundamentalismo islámico, pero nada dicen de lo realmente importante: del 98 por ciento restante. ¿Cómo prevenir el fascismo?, ¿cómo prevenir a los fundamentalistas cristianos como el noruego Breivik que mataron a casi 100 miembros del partido socialdemócrata en 2011?
¿Le han hablado a Usted del fundamentalismo budista?, ¿le parece que algo así no existe? Pues en Birmania han matado a numerosos civiles y en Sri Lanka han atacado a los mulsulmanes, quemando sus casas y comercios y matando a cuatro de ellos.
¿Ha oido alguna alusión al terrorismo judío? Un informe de 2013 sobre terrorismo del Departamento de Estado refiere 399 acciones terroristas cometidas por colonos israelíes contra 93 civiles palestinos a los que han causado daños y lesiones. También han destrozado varias mezquitas e iglesias cristianas.
En Estados Unidos el porcentaje de ataques terroristas atribuidos a los musulmanes es aún más insignificante que en Europa. Un estudio del FBI que abarca el periodo de 1980 a 2005 revela que el 94 por ciento de las acciones terroristas han sido cometidas por personas ajenas al islam. El 42 por ciento de ellos fueron perpetrados por personas de origen «latino», es decir, sudamericanos, mientras que un 24 por ciento el FBI se los atribuye a lo que califica como grupos de extrema izquierda.
El año pasado un estudio de la Universidad de Carolina del norte informaba de que tras el derrumbe de las Torres Gemelas en 2001, los atentados cometidos por islamistas habían costado 37 vidas, un número insignificante al lado de las 190.000 personas asesinadas en el mismo periodo.
En Estados Unidos la probabilidad de que te mate un niño es mayor que la de que te mate un islamista. En 2013 en el atentado de Boston murieron tres personas, mientras que ese mismo día los niños mataron a cinco personas jugando con armas de fuego.
Una de las peores plagas criminales de Estados Unidos es la violencia contra las mujeres procedente de sus propias parejas, que causa el espantoso número de tres mujeres asesinadas diariamente.


¿Pasamos a hablar de los ataques que se producen en Estados Unidos contra las clínicas que practican abortos?, ¿nadie te habló nunca de ellos?, ¿sabes que las cometen fundamentalistas católicos?, ¿sabes que una de cada cinco de esas clínicas ha sido atacada al menos una vez por esos fanáticos?

No hay debates sobre estos asuntos, nadie ha puesto el grito en el cielo por ellos, nadie habla de la posesión de armas de fuego, ni de los accidentes de los niños con ellas, ni de las violencia dentro del hogar. El despliegue propagandístico no tiene comparación con el atentado de Boston, del que todo el mundo oyó hablar en su momento.

De esas cosas -y de otras- no se puede hablar porque vivimos en Estados cristianos y a nadie le gusta mirarse al propio obligo y empezar pensar que el problema lo tenemos nosotros mismos, en nuestros propios países. El enemigo siempre llega de fuera. Es la manera con la que el imperialismo justifica sus agresiones.

Titular: «Miedo sobre Francia»

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